Por EIRNS
Cuidado: Los préstamos chatarra apalancados están cayendo en incumplimiento al ritmo más rápido en cuatro años, según el diario británico Financial Times.
“Según un informe de [la agencia calificadora de deuda] Moody’s, los impagos en el mercado mundial de préstamos apalancados, la mayor parte de los cuales se encuentra en Estados Unidos, aumentaron hasta el 7,2% en los 12 meses anteriores a octubre, a medida que las altas tasas de interés pasaban factura a las empresas muy endeudadas. Es la tasa más alta desde finales de 2020”.
Se preguntarán, ¿qué diablos es un “préstamo chatarra apalancado”? El diario lo explica: “Debido a que los préstamos apalancados, préstamos bancarios de alto rendimiento que se han vendido a otros inversionistas, tienen tasas de interés variables, muchas de esas empresas que se endeudaron cuando las tasas eran ultra bajas durante la pandemia, han luchado bajo los altos costos de los préstamos en los últimos años… En Estados Unidos, las tasas de impago de los préstamos chatarra se han disparado a máximos de la década, según datos de Moody’s”.
O, en términos más sencillos, los bancos vendieron los préstamos chatarra de sus carteras a otros especuladores, que ahora se quedan con los préstamos originales que resultaron morosos.
“Muchos de estos impagos involucran a los llamados intercambios de préstamos en dificultades. En este tipo de operaciones, se modifican las condiciones de los préstamos y se amplían los plazos de vencimiento para que el prestatario pueda evitar la quiebra, pero se paga menos a los inversionistas.
“Estas operaciones representan más de la mitad de los impagos de este año, un máximo histórico”.
¿Qué puede hacer un honrado especulador? Sencillo: Convertir la chatarra en basura y seguir especulando.
Si por casualidad usted tiene un banco que tiene muchos de estos préstamos basura apalancados morosos (y otros activos especulativos perdedores), no se preocupe: siempre puede descargarlos de sus libros mediante un “SRT”.
“¿Qué es un SRT?”, oigo que se pregunta asombrado. Bueno, esas son las siglas en inglés de una “Transferencia de Riesgo Significativo”, según lo explica Bloomingbit para el profano, diseñada para convencer a los reguladores bancarios de que tu basura es realmente oro y diamantes, haciendo trampas:
“En pocas palabras, SRT es una transacción en la que los bancos transfieren el riesgo de crédito relacionado con los bonos de préstamo a otros inversionistas para escapar de la carga de la regulación de los préstamos… Los inversionistas en SRT reciben intereses periódicos hasta el vencimiento y pueden recuperar la totalidad del principal al vencimiento si no se producen acontecimientos significativos. Si se produce un impago en los activos subyacentes, el inversionista carga con la pérdida. Dependiendo del nivel de riesgo de los activos subyacentes, la tasa de rentabilidad esperada oscila entre el 8% y el 12% anual”.
¿Qué podría salir mal? Se trata de un nuevo “producto” tan brillante de la “industria financiera” que, advierte Bloomingbit: “El SRT se hincha hasta los $43 billones de dólares, y aparece como una ‘bomba de tiempo’ en los mercados financieros globales”. El problema, confiesan, es que “no sólo los grandes bancos europeos, sino también los pequeños y medianos bancos estadounidenses se están apresurando a evitar la carga de la regulación de capital de las autoridades financieras, y se espera que sólo este año se emitan nuevos títulos por valor de $30.000 millones de dólares. Cada vez preocupa más que la estructura de emisión sea similar a las obligaciones de deuda garantizadas (CDO) que desencadenaron la crisis financiera mundial de 2008, lo que podría distorsionar la idoneidad del capital de los bancos y amenazar la estabilidad del sistema financiero…
“También preocupa que la inestabilidad del sistema bancario pueda expandirse. Si los inversionistas en SRT piden dinero prestado a un banco para invertir en el SRT de otro banco, aumenta la ‘interconexión entre bancos’, lo que eleva la posibilidad de riesgos en cadena en caso de crisis”.