Por Mente Alternativa
Archivos filtrados analizados por el periodista británico Kit Klarenberg revelan que, durante años, los operativos de inteligencia británica y entidades financiadas por el Foreign Office han mostrado un profundo interés en los palestinos. Estos documentos sugieren que el gobierno británico ha intentado vigilar, infiltrar y manipular a los palestinos tanto dentro como fuera de su tierra, explotando su sufrimiento para lograr objetivos geopolíticos de Londres.
Durante el conflicto en Siria, la inteligencia británica implementó campañas de guerra psicológica para desestabilizar el gobierno de Bashar al-Assad y promover al Ejército Sirio Libre como una alternativa legítima. Compañías como Innovative Communications & Strategies (InCoStrat), fundada por veteranos militares británicos y exagentes de inteligencia, lideraron estos esfuerzos clandestinos. Emma Winberg, exoficial de MI6 y cofundadora de InCoStrat, jugó un papel clave en la supervisión de redes de interlocutores locales en Siria.
Winberg, antes destinada en el consulado británico en Jerusalén, también reportó sobre organizaciones extremistas en Gaza, como durante la operación “Cloud Pillar” de Israel en 2012. El trabajo de InCoStrat incluyó infiltrarse en áreas controladas por ISIS en Siria y gestionar redes en campos de refugiados palestinos en Líbano, todo con el propósito de monitorear y manipular a estas comunidades.
Desde 2009, otra entidad británica, ARK, ha operado en los campamentos de refugiados palestinos en Líbano, espiando y fomentando movimientos de protesta en estas poblaciones, con miras a generar inestabilidad cuando fuese conveniente para los intereses de Londres.
En resumen, estos esfuerzos británicos buscan manipular a las poblaciones palestinas y sirias mediante la infiltración, el espionaje y la explotación de sus circunstancias para avanzar en los intereses estratégicos del Reino Unido.