Por David Shavin
Hay facciones financieras y militares en Occidente comprometidas a someter al mundo a la austeridad necesaria para extender la imposible burbuja financiera y a someterse al chantaje termonuclear con una doctrina de guerra nuclear de primer ataque. Tiene todo que ver con el motivo por el que Londres y Washington «bailan con el diablo», utilizando a sus belicistas apoderados, el israelí Benjamin Netanyahu y el ucraniano Volodymyr Zelenskyy. El hecho de que no sean noticias agradables no ahuyenta el problema.
En la reunión de hoy de la Coalición Internacional por la Paz, la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-Larouche, abrió el difícil debate: «Ted Postol acaba de escribir un artículo en el que comenta el debate que salía a la luz pública con un artículo del New York Times publicado el 26 de agosto, en el que escribían que ya en marzo el presidente Biden firmó la modificación de la doctrina nuclear estadounidense. Aunque se trata de una doctrina ultrasecreta, de la que supuestamente no existen copias electrónicas, sino muy pocas impresas para gente muy clasificada; sin embargo, habla de que Estados Unidos se prepara para librar una guerra nuclear en tres frentes contra Rusia, China y Corea del Norte. Lo que Ted Postol escribió en este artículo de Responsible Statecraft es que no se trata en absoluto de una «ligera modernización», sino de un dramático aumento de las capacidades para luchar y ganar una guerra nuclear tanto con China como con Rusia ….. No deja a los líderes rusos y chinos otra opción que tomar contramedidas que aumentarán la ya peligrosamente alta preparación de sus fuerzas nucleares, y les obligará a aumentar su planificación en el peor de los casos, y de esta manera, aumentar la posibilidad de una respuesta nuclear a una falsa advertencia de ataque».
Postol describió el programa estadounidense de «superfusibles», en palabras de Zepp-LaRouche, «para aumentar drásticamente el poder mortífero de las cabezas nucleares lanzadas por misiles balísticos». La precisión y el rendimiento de las 1.600 ojivas estadounidenses denominadas W-76 aumentarían enormemente, «permitiendo que los misiles balísticos lanzados desde submarinos Trident II destruyan los misiles balísticos intercontinentales rusos y chinos en silos reforzados antes de ser lanzados». La idea es lanzar y «ganar» una guerra nuclear.
Zepp-LaRouche: «Esto lo saben los rusos desde hace mucho tiempo, así que han desarrollado contra eso el arma definitiva del día del juicio final, el submarino robot Poseidón que puede transportar ojivas de 100 megatones a los puertos de Estados Unidos, Europa y ciudades asiáticas con un radio de 50 millas desde los puntos de detonación submarinos.» La realidad central es que «esta idea de ganar una guerra nuclear ha entrado en el pensamiento estratégico. Estados Unidos sigue teniendo una doctrina de primer ataque preventivo….».
Las deliberaciones posteriores deberían estudiarse por sí solas, pero baste decir que mucha rabia, mucha preocupación, mucha inquietud por la cantidad de maldad que hay en el corazón de algunos enfermos son reacciones lícitas. Cabe destacar que, en el periodo de debate, Zepp-LaRouche ofreció una salida dura y optimista a la tragedia potencial: «Pero también creo que tenemos que convencer absolutamente a la gente de Occidente -en Estados Unidos, en Europa- de que se una al Sur Global en un nuevo sistema económico. Una cooperación en la que todos salgan ganando, lo que obviamente significaría que Estados Unidos en particular aceptaría el hecho de que el mundo unipolar no puede recuperarse porque ya ha desaparecido. Pero creo que la única forma que se me ocurre para salir de este peligro es el Nuevo Paradigma, la nueva arquitectura de seguridad y desarrollo con un fuerte énfasis en el desarrollo. Porque sólo si diseñamos un nuevo sistema que supere el peligro de un estallido del sistema financiero y creamos un nuevo sistema, podremos eliminar el peligro de guerra. En eso, la perspectiva del Plan Oasis encaja completamente, porque estamos hablando de la Iniciativa de la Franja y la Ruta ampliada al suroeste de Asia. Por lo tanto, la solución es muy fácil en términos de viabilidad real. Lo único que tenemos que movilizar es la voluntad política para promulgarla a tiempo».
Hubo un eco de este optimismo duro en el Consejo de Seguridad de la ONU hace dos días. El Encargado de Negocios de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, tras repasar las desesperadas provocaciones occidentales en la frontera rusa y los peligros que entrañan, encontró a su manera motivos para un giro optimista para el mundo. Concluyó: «Por favor, miren el ejemplo de la desafortunada Ucrania y comprenderán a lo que pueden conducir tales políticas. Ucrania era la más rica de las repúblicas postsoviéticas, con un potencial industrial impresionante, pero casi de repente se ha convertido en uno de los Estados más pobres de la antigua URSS. Su economía está destruida, su industria colapsada, sus tierras vendidas a codiciosas corporaciones occidentales, Ucrania se ha convertido en un campo de pruebas para los biolaboratorios estadounidenses, y ahora es también un campo de pruebas para las nuevas armas occidentales y la utilización de las antiguas …. Espero que la sangrienta tragedia ucraniana provocada por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN sirva de lección a todos aquellos que puedan acabar en una situación similar.»
Gottfried Leibniz, el poco apreciado padre fundador de Estados Unidos, sostenía que el Creador no permitiría el mal en el mundo que ha creado, a menos que su solución condujera a un bien superior. El truco no consiste en alabar el mal, sino en encontrar lo que ha faltado en quienes han sido creados a imagen de un Dios creador, y reunir la energía y la voluntad para hacer el bien.
Cuando las cosas se ponen difíciles, los difíciles se ponen en marcha.
Fuente:
David Shavin, en EIRNS: Nuclear War? When the Going Gets Tough, the Tough Get Going. 30 de agosto de 2024.
