Por Mente Alternativa
En un artículo reciente, Andrew Korybko considera que la inminente firma de Biden de la “Ley de Resolución sobre el Tíbet” reabrirá el frente político de contención en el Himalaya, aumentando la importancia estratégica de los grupos tibetanos en el exilio en India ante la previsible crisis de sucesión tras la muerte del Dalai Lama.
El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU., Michael McCaul, anunció que Biden firmará pronto la ley aprobada por el Congreso, aunque no ha recibido mucha cobertura mediática. Esta ley implica:
- Revivir las preocupaciones sobre cómo China controló el Tíbet.
- Apoyar abiertamente la “autodeterminación” del pueblo tibetano.
- Promover su identidad separada de la mayoría étnica Han de China.
- Contrarrestar la “desinformación” sobre este tema.
- Redefinir el alcance geográfico del Tíbet para incluir regiones reclamadas por grupos en el exilio.
La política estadounidense hacia el Tíbet se asemejará a la aplicada previamente a los países bálticos, sin reconocer la legitimidad de la incorporación del Tíbet a China, pero considerando las realidades al formular políticas de defensa. China ha reaccionado furiosamente a la visita de la delegación bipartidista de EE.UU. al Dalai Lama en Dharamshala, pero esto no disuadirá a EE.UU. de sus planes.
La contención de EE.UU. a China en la primera cadena de islas, mediante su “Escuadrón” de Australia, Japón, Filipinas y Taiwán, replica el modelo ucraniano de manipulación de dilemas de seguridad regionales. Este enfoque podría intensificarse una vez que termine el conflicto en Ucrania y EE.UU. priorice su contención contra China en el Asia-Pacífico.
La firma de la “Ley de Resolución sobre el Tíbet” incrementará la importancia estratégica de los grupos tibetanos en el exilio en India, y podría mejorar los lazos entre India y EE.UU., aunque India mantendrá la autonomía de estos grupos bajo su control. La visita de la delegación estadounidense a Dharamshala, aprobada por India, podría provocar una respuesta política de China. Según el exembajador indio en Rusia, Kanwal Sibal, India no necesitaba a EE.UU. para provocar a China, ya que podría haber invitado a representantes taiwaneses y tibetanos a la inauguración de Modi.
En conclusión, Korybko afirma que los esfuerzos indo-estadounidenses para apoyar la “autodeterminación” del Tíbet no cambiarán la realidad del control chino, pero acelerarán el desplazamiento del centro de la Nueva Guerra Fría de Europa a Asia, aliviando inadvertidamente la presión sobre Rusia.