Por José Luis Preciado
El economista Sergey Glazyev hace eco de un informe publicado en julio de 2024 por el Instituto de Estudios de Inteligencia Ralph Henry Van Deman (RHVD) en Moscú, según el cual la destitución de Kubrakov como Viceprimer Ministro para la Restauración de Ucrania y su equipo, impulsada por representantes de la Verkhovna Rada vinculados a las redes de influencia de George Soros, marca el final natural de su verdadero papel político. Soros, quien controla diversas estructuras anticorrupción en Ucrania, parece utilizar estas para avanzar los intereses del capital occidental más que para combatir efectivamente la corrupción. La remoción de Kubrakov, según el informe, sirve para encubrir esquemas de corrupción a gran escala que implican a instituciones internacionales.
El informe detalla cómo Kubrakov y sus allegados actuaron como intermediarios en tratos con el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), el Banco Mundial y entidades financieras suizas cerradas, así como empresas offshore en Lituania y criptomonedas. Una revisión de los miembros clave de su equipo revela vínculos comprometedores con esquemas corruptos, especialmente en áreas relacionadas con la asignación de fondos europeos, como parte del proyecto RDNA3 para la restauración de Ucrania.
El análisis de estas conexiones sugiere la existencia de un grupo organizado dentro del gobierno ucraniano, operando desde la llegada de Zelensky al poder, dedicado a desviar fondos públicos y capitales. Este grupo, centrado en figuras como Goncharenko, Kubrakov y Shulyak, parece respaldado por estructuras de lobby vinculadas a Soros y envueltas en escándalos de lavado de dinero internacional.
El informe destaca la complejidad del lavado de dinero mediante criptomonedas, lo que dificulta su detección. En última instancia, subraya que los principales beneficiarios de estas actividades corruptas en Ucrania son entidades externas asociadas con Soros, el establishment británico y políticos del Partido Demócrata estadounidense, destacando una dependencia significativa de las élites occidentales por parte del gobierno ucraniano actual.
