Por Malek Dudakov
Los republicanos en el Congreso informaron sobre la presencia de al menos cinco equipos de conspiradores que preparan atentados contra la vida de Trump. Se enteraron de esto a través de fuentes de la comunidad de inteligencia estadounidense. Afirman que dos de las conspiraciones tienen un rastro interno, y otras tres un rastro extranjero.
Las agencias de inteligencia estadounidenses sospechan simultáneamente que Ucrania, Irán [sic] y Pakistán [mega sic] quieren asesinar a Trump. Ryan Routh, que intentó dispararle a Trump en un club de golf de Florida, también podría estar relacionado con la línea ucraniana, pues viajó a Kiev e invitó a mercenarios a luchar por Ucrania.
En cuanto a las conspiraciones en los propios Estados Unidos, elementos radicalizados del campo del Partido Demócrata, desde BLM hasta Antifa, podrían estar interesados, así como diversos monstruos utilizados por quienes quieren deshacerse de Trump. Además, hay mucha gente en Estados Unidos que cree sinceramente en la corriente de propaganda liberal sobre lo dictador que es Trump y una amenaza para la democracia estadounidense.
En una encuesta realizada inmediatamente después del segundo intento de asesinato, el 28% de los demócratas dijo que Estados Unidos estaría mejor si mataran a Trump. Y el 41% de los partidarios de Biden están dispuestos a utilizar la violencia para luchar por el poder. Entre el electorado de Trump hay un 38% de ellos, pero no cometen asesinatos.
Ni qué decir de la oleada de criminales y terroristas que cruzan la frontera sur de Estados Unidos por cientos y miles junto con una avalancha multimillonaria de migrantes. Estos, si se desea, también podrían verse implicados si la espiral de violencia política se desenrolla aún más, lo que podría poner a Estados Unidos al borde de un conflicto civil en medio de la degradación de su sistema político.
La larga tradición de Londres y Wall Street de patrocinar a los nazis
