Por Spydell Finance
Los ingresos totales de los bancos estadounidenses cayeron un 4,7% interanual en el primer trimestre de 2024, el peor desempeño registrado desde 1987, según datos de la FDIC. Esta caída sigue a un máximo histórico en el primer trimestre de 2023, lo que subraya una tendencia negativa desde el segundo trimestre de 2023.
El margen de intereses neto disminuyó un 2,4% interanual, habiendo alcanzado su máximo en el cuarto trimestre de 2022. Este descenso se atribuye a un desfase en la transmisión de la política monetaria y a las bajas tasas de depósito mantenidas por los bancos en condiciones de exceso de liquidez, un efecto que se ha disipado desde principios de 2023.
Los ingresos no financieros se desplomaron un 9,4% interanual, siendo las transacciones comerciales y los derivados las principales causas de esta caída. Además, las cancelaciones de préstamos alcanzaron más de $20 mil millones por segundo trimestre consecutivo, la mayor cifra desde 2012. Esto representa un 0,166% de la cartera de préstamos por trimestre, el peor indicador desde el primer trimestre de 2013.
A pesar de estar lejos de la crisis de 2008, donde las cancelaciones superaron el 0,7% de la cartera de préstamos por trimestre, se ha superado el “nivel de peligro amarillo” del 0,15%. Los gastos en reservas alcanzaron $45.500 millones en los últimos seis meses, evidenciando un déficit claro en comparación con las amortizaciones reales de $41.000 millones.
Impacto en prestatarios y bancos
Los prestatarios enfrentan mayores gastos por intereses, superando los $310 mil millones por trimestre en 2024, un aumento significativo en comparación con los $140 mil millones en 2021 y los $180 mil millones en 2019. Las tasas de préstamo promedio ponderadas para la cartera de préstamos de los bancos estadounidenses son del 6,9%, el nivel más alto desde 2007, mientras que las tasas pasivas promedian un 2,3%, el máximo desde 2008.
El diferencial entre las tasas de mercado y el costo de financiamiento es de aproximadamente 3,2 puntos porcentuales, lo que, junto con un volumen de depósitos internos de $17,5 billones, sugiere ahorros de hasta $180 mil millones por año para los bancos. Sin embargo, los ingresos y beneficios de los bancos han caído un 20% interanual, los márgenes se reducen y los atrasos y amortizaciones aumentan, alcanzando niveles críticos.
En resumen, el sistema bancario estadounidense enfrenta un deterioro significativo, con perspectivas de empeoramiento a corto plazo.