Por Mente Alternativa
Dennis Kelleher, cofundador y CEO del organismo de vigilancia de Wall Sreet, Better Markets, lanzó una alarmante advertencia en el boletín mensual de enero 2025 de su organización. Según Kelleher, las políticas de desregulación financiera que el presidente entrante Donald Trump ha implementado en su administración podrían desencadenar una crisis financiera catastrófica aún más devastadora que la de 2008.
En sus declaraciones, Kelleher destacó que no se trata de exageraciones. Apuntó a un patrón histórico donde la desregulación y la creación de liquidez artificial preceden a colapsos financieros. “Esto ocurrió en los años 20 antes de la Gran Depresión, en los 2000 con la Gran Recesión y tras la desregulación de la primera administración Trump, que resultó en la crisis bancaria de 2023”, explicó.
Una cultura de impunidad en Wall Street
Kelleher subrayó que el problema no solo radica en las políticas de desregulación, sino también en la falta de consecuencias significativas para los responsables de las crisis financieras. “Los bancos no actúan imprudentemente por sí solos; son los banqueros quienes toman esas decisiones”, señaló. A pesar de las recomendaciones de la Comisión de Investigación de Crisis Financieras (FCIC) para procesar a ejecutivos de Wall Street tras el colapso de 2008, ninguno fue llevado a juicio.
La senadora Elizabeth Warren también denunció en su momento la falta de acción del Departamento de Justicia (DOJ). En 2016, Warren envió una carta de 20 páginas al Inspector General del DOJ solicitando una investigación sobre por qué no se procesó a los ejecutivos de Wall Street mencionados en los informes de la FCIC. Entre los señalados estaban Robert Rubin, Chuck Prince y Gary Crittenden, altos ejecutivos de Citigroup, entidad que recibió más de 2.5 billones de dólares en préstamos secretos de la Reserva Federal durante la crisis.
Desregulación: el preludio de un desastre
La preocupación actual de Better Markets no es infundada. La administración Trump ha demostrado una inclinación hacia la desregulación agresiva. Según Kelleher, esto crea un ambiente propicio para la toma de riesgos desmedidos en Wall Street, similar al que condujo a la crisis de 2008. En noviembre de 2024, los resultados electorales permitieron que el sector financiero reforzara su poder político, abriendo la puerta a una nueva ola de políticas desreguladoras.
Además, la salida de Michael Barr, vicepresidente de Supervisión de la Reserva Federal, indica una posible inestabilidad interna en las instituciones encargadas de mantener la estabilidad financiera.
El costo humano de las crisis financieras
Kelleher enfatizó que los efectos de una crisis financiera catastrófica van más allá de los números en Wall Street. Millones de estadounidenses perdieron sus hogares y empleos tras el colapso de 2008. Las políticas de rescate financiero, como los préstamos de la Reserva Federal a tasas irrisorias, beneficiaron a los bancos mientras los ciudadanos enfrentaban intereses de dos dígitos en sus tarjetas de crédito.
La falta de reformas significativas en la regulación financiera y la impunidad de los ejecutivos bancarios solo perpetúan este ciclo de crisis y rescates.
¿Un futuro incierto?
El panorama descrito por Kelleher es sombrío. Mientras Wall Street sigue operando con relativa inmunidad, el reloj avanza hacia lo que podría ser una de las crisis financieras más devastadoras de la historia.
La solución, según Better Markets, pasa por sancionar a los individuos responsables, implementar regulaciones más estrictas y garantizar la transparencia en el sistema financiero. Sin estas medidas, el riesgo de una nueva crisis no solo es posible, sino inevitable.