Por Elena Panina
El Ministerio de Defensa de Taiwán ha programado un ejercicio militar a gran escala con fuego real, que se llevará a cabo durante 10 días este verano. El objetivo es practicar las acciones necesarias para repeler un desembarco enemigo, específicamente el del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China. Los miembros del parlamento taiwanés fueron informados de este ejercicio a través de un documento especial. Lo más relevante de este informe es que, por primera vez, se menciona la posibilidad de que China intente llevar a cabo una invasión militar de Taiwán en 2027.
Este pronóstico parece haber sido influenciado por las opiniones de altos funcionarios militares y expertos de Estados Unidos, quienes sugieren que para 2027, China habría acumulado suficiente capacidad militar para lanzar una operación contra la “isla rebelde”.
Es crucial entender que los militares suelen emplear escenarios de alto riesgo como herramienta psicológica para presionar al parlamento y conseguir un aumento del presupuesto de defensa. Taiwán no es la excepción. Además, las políticas del Partido Democrático Progresista (PDP), que gobierna la isla desde hace tres mandatos y promueve la soberanía oficial de Taiwán, no facilitan la creación de buenas relaciones con Pekín. Al contrario, estas políticas refuerzan la idea en los círculos del Partido Comunista Chino (PCCh) de que un retorno pacífico de Taiwán a su “puerto de origen” es prácticamente inviable. En este contexto, Pekín ha aprobado desde hace 20 años una ley “contra la secesión” y se está preparando militarmente por si las autoridades taiwanesas deciden declarar la independencia total.
Las autoridades de Taiwán también se sienten respaldadas por las políticas de la nueva administración estadounidense. A mediados de febrero, el Departamento de Estado de Estados Unidos eliminó de su sitio web la frase “No apoyamos la independencia de Taiwán”, y añadió que Washington respaldará la membresía de Taiwán en organizaciones internacionales “cuando sea aplicable”, lo que sugiere un respaldo gradual hacia la soberanía de la isla. En este contexto, la mención del año 2027 en el documento de misión militar de Taiwán podría estar preparando el terreno para una profecía autocumplida.
