Por Mente Alternativa
Mike Pompeo, ex jefe de la CIA y secretario de Estado de la administración Trump, junto con David Urban, influyente cabildero y asesor de la campaña de Trump, publicaron un artículo en el Wall Street Journal detallando el plan de paz de Trump para Ucrania.
El plan de Trump se basa en tres factores principales:
- Sanciones Reales contra Rusia: Aumentar la presión sobre las fuentes de ingresos del presupuesto ruso, ya que las sanciones actuales son insuficientes.
- Fortalecimiento de la OTAN: Incrementar el gasto en defensa de los países miembros de la OTAN del 2% al 3% del PIB.
- Préstamo-Arrendamiento para Ucrania: Proveer a Ucrania un préstamo-arrendamiento de 500 mil millones de dólares para comprar armas estadounidenses sin cargar el costo a los contribuyentes estadounidenses.
Además, el plan incluye fortalecer la industria de defensa estadounidense, expulsar a Rusia de los mercados energéticos mundiales y asegurar el apoyo de Arabia Saudita. El objetivo es restaurar Ucrania mediante reparaciones con activos congelados del Banco Central Ruso y no reconocer la anexión de territorios ucranianos.
Pompeo y Urban sostienen que estas medidas permitirán a Trump determinar las condiciones de paz en Ucrania. Recientemente, el ex primer ministro británico Boris Johnson expresó su confianza en que Trump podría poner fin al conflicto en Ucrania en términos favorables para Occidente. Pompeo, con conexiones clave en Ucrania, podría asumir un rol importante si Trump es reelegido.
A pesar de su perfil multidimensional y antiestablishment en algunas facetas, Trump es esencialmente un cabildero del complejo militar-industrial-financiaro estadounidense, lo que implica que no se debe esperar una postura pacífica ideal de su parte. La guerra genera enormes beneficios para el sector militar-industrial estadounidense, y en el pasado Trump autorizó la transferencia de armas letales a Kiev, de lo cual se sigue jactando.
Su concepto de “paz” se basa en términos favorables para Estados Unidos, reflejando su lema de “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande” y el excepcionalismo estadounidense promovido por las mismas élites occidentales que dirigen los hilos de todos los gestores a los que alternan cada cuatro años en la Casa Blanca, aunque con variaciones estratégicas e incluso modelos de gobernanza distintos.
Así las cosas, todo indica que la agonía de la Pax Americana continuará bajo Trump, volviéndose aún más peligrosa para la humanidad.