Por Bill Jones
China ha reaccionado enérgicamente al discurso inaugural del 20 de mayo del nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te, ya que indicaba claramente su intención de convertir a Taiwán en punta de lanza de la «alianza de democracias» y de desalentar cualquier intento de la República Popular China de afirmar su control sobre la isla. «La República de China y la República Popular China no están subordinadas la una a la otra», dijo Lai. «Todo el pueblo de Taiwán debe unirse para salvaguardar nuestra nación; todos nuestros partidos políticos deben oponerse a la anexión y proteger la soberanía; y nadie debe contemplar la idea de renunciar a nuestra soberanía nacional a cambio de poder político».
En lo que resulta ridículo, pero muy revelador en relación a cómo Taiwán se está convirtiendo de nuevo en un peón de potencias coloniales extranjeras, Lai también alabó el año 1624 como algo fundamental para la «identidad» de Taiwán. Lai aludía a que los holandeses, en 1624, construyeron un fuerte en la ciudad de Tainan, anexionándose de hecho la isla, que utilizaron en un intento de obligar a China a abrir puertos en la provincia de Fujian, la provincia continental al otro lado del estrecho de Taiwán.
Al dar la bienvenida a todos los invitados extranjeros que asistían a su toma de posesión, Lai anunció: «Esta noche recibiremos a nuestros distinguidos invitados en un banquete de Estado en Tainan, la ciudad donde 1624 marcó los vínculos de Taiwán con la globalización. Ahora, 400 años después de aquel momento histórico en Tainan, en Taiwán todos debemos demostrar confianza y poner rumbo con valentía hacia el nuevo mundo, para que el mundo acoja a un nuevo Taiwán». Esbozó una imagen clara: Taiwán debe servir a Occidente para que China continental vuelva a ser un subalterno en el comercio.
Cabe destacar que los holandeses mantuvieron el control de Taiwán hasta que una fuerza china dirigida por Zheng Chenggong, hijo del comandante militar de la provincia de Fujian, les obligó a abandonarla en 1668.
La reacción de Pekín al discurso de Lai fue inmediata. En su intervención al margen de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), celebrada en Astana (Kazajistán) el 20 de mayo, Wang Yi destacó en primer lugar el apoyo a Una Sola China en todo el mundo. Y continuó: «Cualquiera que intente desafiar este principio acabará fracasando. Su provocación no hará sino consolidar el consenso internacional sobre la defensa del principio de una sola China y su comprensión y apoyo a China. Una causa justa cuenta con un amplio apoyo; una causa injusta encuentra poco respaldo».
Wang subrayó que la reunificación de China es la tendencia predominante. «La nación china tiene la fe común de que el país no caerá en la separación, el caos, la división étnica y la desconexión cultural. Esta es la fuerza subyacente a la tendencia histórica de la reunificación de China. La cuestión de Taiwán es un asunto interno de China».
En su conferencia de prensa del 20 de mayo, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, respondió a una pregunta de CCTV sobre las declaraciones de Wang Yi ese día, diciendo: «La manipulación política y las maniobras interesadas sobre la cuestión de Taiwán por parte de ciertos políticos de un puñado de países interfieren groseramente en los asuntos internos de China y violan el principio de una sola China. China lo condena enérgicamente y tomará todas las medidas necesarias para defender con firmeza la soberanía nacional y la integridad territorial.»
China había anunciado anteriormente que sus maniobras militares especiales del 23 y 24 de mayo, en las que se ensayaba una invasión de Taiwán, eran, en parte, beneficiosas para quienes fantasean con separar Taiwán de China.
La Armada y la Fuerza Aérea chinas realizan un importante ejercicio en torno a Taiwán
Fuente:
Bill Jones, en EIR Daily Alert: New Taiwan Leader Invokes Role as Europe’s Puppet To Colonize China. 23 de mayo de 2024.
