No es nuestra imaginación. Casi todos los días otra institución de las que parecían indestructibles se derrumba ante nuestros ojos. En los últimos años, hemos sido testigos de cómo los medios de comunicación corporativos renunciaron a cualquier pretensión de tener una relación con la realidad. La aparición de pandillas ecofascistas que exigen la destrucción de la sociedad industrial y la despoblación están tratando de destruir la noción misma del progreso humano.
Tengamos en cuenta que muchas personas sonrieron y asintieron cuando la niña maltratada Greta Thunberg le dijo al mundo que renunciara a “los eternos cuentos de hadas sobre crecimiento económico”. El Vaticano, ciertamente considerado como una institución permanente por sus amigos y sus enemigos por igual, se estremece hasta sus raíces bajo el peso de los escándalos sexuales, la escasez masiva de sacerdotes y ahora, por un Papa que patrocina abiertamente políticas satánicas, incluyendo un Sínodo, actualmente en curso, en el que sacerdotes y obispos celebran los derechos paganos y apoyan el ecofascismo y la despoblación. Luego está Wall Street, que ahora cuenta con soporte vital de las imprentas de la Reserva Federal y, que tal vez no sobreviva el año en curso junto con la Ciudad de Londres. Sin mencionar el sistema parlamentario británico, que se está desgarrando tratando de evitar la implementación de la voluntad del pueblo británico de salir de la Unión Europea y recuperar la soberanía nacional.
Agreguemos al Congreso de los Estados Unidos de América a esta mezcla de instituciones colapsantes. Como el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, demuestra claramente en una carta entregada el 10 de octubre a los líderes demócratas en la Cámara de Representantes, la “Casa del Pueblo”, esta institución central del Sistema Americano se ha transformado en una “Cámara Estelar”, como la de la Corona británica, en la que se prescinde de la ley por completo, para seguir el capricho de la realeza. Lo que es peor, “Lord” Schiff ha convertido la Cámara en un activo de un sector totalmente corrupto de la comunidad de inteligencia, que colaboró con agentes del gobierno británico, australiano e italiano, así como con el liderazgo neonazi del antiguo gobierno de Ucrania (puesto en el poder por la Administración de Obama), en un esfuerzo por derrocar al Presidente de los Estados Unidos, es decir, en pura traición.
Cipollone escribe que los Demócratas de la Cámara han: “negado al Presidente el derecho de interrogar a los testigos, llamar a testigos, recibir transcripciones de testimonios, tener acceso a la evidencia, tener un abogado presente y muchos otros derechos básicos garantizados para todos los estadounidenses. Has llevado a cabo tus procedimientos en secreto. Has violado las libertades civiles y la separación de poderes al amenazar a los funcionarios del Poder Ejecutivo, alegando que tratarás de castigar a quienes ejercen derechos y prerrogativas constitucionales fundamentales. Todo esto viola la Constitución, el estado de derecho y todos los precedentes anteriores. Nunca antes en nuestra historia la Cámara de Representantes, bajo el control de cualquiera de los partidos políticos, ha llevado al pueblo estadounidense por el peligroso camino que parece decidido a seguir”.
El presidente se niega con razón a participar en esta empresa criminal, mientras que la investigación en expansión del Fiscal General sobre el intento de golpe conocido como “Russiagate”, y ahora la falsa acusación, pronto someterá a juicio a estos posibles jueces de la “Cámara Estelar” por sus crímenes muy reales.
LaRouchePAC y EIR han documentado estos actos criminales desde el principio, y han demostrado que las mismas fuerzas, incluso muchas de las mismas personas, dirigieron el procesamiento de Lyndon LaRouche en la década de 1980, esencialmente por las mismas razones. Su exoneración póstuma hoy explotará las ilusiones que han sometido a la población estadounidense a la guerra de información en los últimos treinta y cinco años. Pidamos al presidente que exonere a LaRouche.
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Fuente:
LaRouche — The World As You Thought You Knew It is Disintegrating.
