Por Daniel Estulin
La teoría de Darwin se usó para justificar todo, desde la ideología del libre comercio y la explotación brutal de las poblaciones hasta la formación dela base del movimiento eugenésico que culminó con el enfoque de purificación racial de Adolfo Hitler asegurada en campos de concentración y de exterminio total.
“En el siglo XIX fue creado un movimiento destinado esencialmente a reducir la auto-percepción de los seres humanos a la de animales, reducir la ciencia a una mera cuestión de casualidad, de estadística, etc. Y toda esta batalla en torno a la transformación de la identidad humana fue basada en la ciencia de la evolución. Así, las ideas de Darwin sirvieron de base para cambiar la cultura, la filosofía económica, el enfoque científico para cambiarlo todo en definitiva. De modo que hoy en día vivimos en un mundo generado por esta “revolución”, que yo llamo la revolución espantosa.”
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El razonamiento científico de la tiranía siempre ha resultado atractivo para las élites porque crea una cómoda excusa para tratar a sus congéneres peor que a los animales.
La teoría de la eugenesia que se basa en una peregrina idea de superioridad e inferioridad hereditarias fue concebida entre 1880 y 1900 por una red de familias británicas entre las que se encuentran Sur Francis Galton —primo de Darwin—, Thomas Huxley, Sir Arthur Balfour, además de otras familias y estrategas del imperio británico de finales del siglo XIX vinculadas al movimiento de la Mesa Redonda de Cecil Rhodes y Lord Alfred Milner.
Darwin, un hipocondríaco neurótico que apenas salía de casa, no era un hombre, sino un proyecto; un hombre de paja de la guerra cultural del Consejo Privado de la corona británica dirigida de modo verticalista a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales y su red de salones y tapaderas, como la Sociedad de la Metafísica, los Ensayistas de Oxford, los Apóstoles de Cambridge (que acuñaron el término agnosticismo), el Club de los Coeficientes y otros, incluido el club de pseudo científicos que Huxley usó para imponer el darwinismo.
Fuente:
Daniel Estulin: El Lado Oscuro del Darwinismo: No un Hombre, Un Proyecto; en Desde la Sombra, RT.