Por Stewart Battle
El intento de asesinato del 13 de julio en un mitin de campaña de Trump en Butler, Pensilvania, conmocionó a la nación y al mundo, llevando al país literalmente a un palmo del caos total. Por primera vez en décadas, un presidente o candidato presidencial ha sufrido un intento de asesinato, y además en un momento crucial de la historia. No se trata simplemente de un ataque a Donald Trump, sino de un ataque a la institución de la Presidencia de los Estados Unidos, y a la capacidad de esa institución para responder de forma orgánica, o no lineal, en un momento de grave crisis.
Independientemente de los detalles que puedan surgir en los próximos días en relación con el atroz fallo de seguridad -o algo peor- que se produjo el 13 de julio, hay procesos inequívocos en curso a nivel estratégico que deberían informar nuestra forma de pensar. Trump se ha encontrado en una especie de punto de mira de la historia, menos por algo que haya hecho que por el peso de los acontecimientos de los que se ha visto rodeado.
Consideremos este intento de asesinato a la luz del hecho de que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, concluyó su “misión de paz” la semana pasada visitando Mar-a-Lago, Florida, para reunirse con Trump, tras la cumbre de la OTAN en Washington. Se trata del mismo Orbán cuyo amigo, el Primer Ministro de Eslovaquia, Robert Fico, también fue tiroteado y casi asesinado el 15 de mayo en un intento de asesinato no hace ni dos meses. Estas realidades recuerdan a la Oficina Internacional de Asesinatos y su papel como mecanismo de aplicación de los vestigios del actual sistema imperial británico, incluso sobre la Presidencia de Estados Unidos. Como lo expresó el informe de la Organización LaRouche, “Detengamos la guerra mundial de la OTAN: Desmantelemos la Oficina Internacional de Asesinatos”, en febrero de 2023: “Es sorprendente, para cualquiera que se atreva a pensar en ello, que cualquier figura mundial, incluyendo enfáticamente, cualquier presidente estadounidense, que pretenda seguir una política de paz y desarrollo, es objeto de ataques inmediatos de diversas maneras. Ataques mediáticos y calumnias, golpes de estado y revoluciones de colores, agresiones legales y asesinatos son las herramientas del oficio de una oficina internacional de asesinatos, que busca sembrar el terror en las poblaciones y desmoralizarlas para que acepten los dictados de un cuerpo no electo de oligarcas angloamericanos que hacen e imponen brutalmente su ‘orden basado en reglas’ en el globo.”
Ninguna persona honesta podría negar que el mundo se encuentra hoy en la cúspide de una nueva época. Hay muchas facetas de esto que uno podría señalar, pero quizás la más significativa es que los esfuerzos de Occidente para “aislar” a Rusia y cambiar la opinión mundial a su narrativa de la “amenaza existencial a la democracia” ha fracasado por completo, y está viendo más y más roturas en la presa por el día. Hirviendo, y más preocupados por una victoria de Trump en noviembre, la OTAN y los establecimientos occidentales pro-guerra aprovecharon la oportunidad en la cumbre de la OTAN de la semana pasada en Washington para hacer aún más escaladas contra Rusia, estacionando misiles de largo alcance en Europa y concretando planes para “Trump-prueba” las estructuras de la Alianza en los próximos años. Ahora, la RUSI británica pide al Reino Unido que “enfatice” su disuasión nuclear y desempeñe un papel más destacado en la OTAN.
Hay un esfuerzo frenético en marcha para mantener el control sobre este orden mundial unipolar que se derrumba, y esto -no las elecciones de noviembre- es lo que está en juego.
Durante los próximos tres meses y medio, Estados Unidos se adentrará en un periodo de inestabilidad sin precedentes, un hecho que se está agitando intencionadamente. Aquellos que muerdan el anzuelo y caigan en la política partidista se perderán la música de lo que realmente está ocurriendo, y probablemente empeorarán aún más la situación. En su lugar, tómese una idea de la candidata independiente al Senado por Nueva York Diane Sare, que el 1 de julio, hace sólo dos semanas, advirtió del posible asesinato de Donald Trump, dada la actual loca carrera hacia la guerra termonuclear con Rusia, y las contrastantes y modestas declaraciones de Trump en oposición.
Esta es la razón por la que la propuesta de paz para Ucrania del presidente ruso Putin del 14 de junio debe ser aceptada, y rápido. Representa una mano tendida a Estados Unidos y Occidente, una nueva arquitectura de seguridad propuesta que puede ser un puente desde la tragedia actual de una guerra global que acabe con la civilización hasta una posible relación respetuosa con otras naciones líderes del planeta.
Así es como la Presidencia de Estados Unidos puede salvarse de las mandíbulas actualmente amenazadas de la perdición.
Fuente:
Stewart Battle, en EIR: Trump Assassination Attempt Threatens Chaos in U.S.—Cui Bono? 14 de julio de 2024.
