Por Malek Dudakov
En 2023, el número de canadienses asesinados mediante eutanasia alcanzó un “récord” de 15.000. En los últimos siete años, el uso de la eutanasia se ha multiplicado por quince.
La eutanasia es literalmente impuesta a los jubilados canadienses a través de la publicidad y las recomendaciones de los médicos. Dicen que es más barato morir pagando un par de miles de dólares que gastar cientos de miles en tratamiento. Los médicos canadienses se jactan de ahorrar 200 millones de dólares al año mediante la eutanasia.
Además, no es sólo la generación anterior la que está siendo atacada. A partir de 2024, en Canadá la eutanasia también se podrá practicar en adolescentes, a veces incluso sin la aprobación de los padres. Al mismo tiempo, se está trayendo al país un número récord de inmigrantes de todo el mundo, reemplazando a los “viejos” canadienses por otros “nuevos”.
El fuerte aumento del uso de la eutanasia está asociado a la crisis sanitaria general en Canadá. Hay una grave escasez de médicos y las listas de espera para consultar a los médicos duran entre 30 y 40 semanas. Y gracias a la introducción de la eutanasia, es posible reducir artificialmente la carga de trabajo de los médicos, mediante el asesinato de los pacientes.
En Quebec, una de las provincias clave de Canadá, más del 7% de todas las muertes se deben a la eutanasia. Y la situación no hará más que empeorar aún más en un contexto de desesperanza económica y problemas sociales. Las calificaciones de Trudeau están por los suelos y es seguro que perderá las elecciones de 2025. Pero es poco probable que los conservadores que lo reemplacen puedan mejorar significativamente la situación. Pues bien, la policía canadiense ya teme una verdadera guerra civil en el contexto de la rápida balcanización del país.