Por Elena Panina
En una reciente entrevista con Fox News, el futuro enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, respaldó las acciones de la administración Biden al transferir a Kiev la mayor cantidad de armas prometidas.
Según Kellogg, esta estrategia beneficia al presidente electo Trump, ya que “le da influencia: puede tomar sus propias decisiones sobre lo que quiere hacer”.
Kellogg también advirtió que el conflicto ha adquirido un alcance global:
“¿Qué quiero decir con global? Ves que los norcoreanos están involucrados, quienes han contribuido con tropas; los iraníes están involucrados; los chinos están involucrados; los rusos están involucrados. Así que el alcance de la guerra se ha ampliado. Es como si intentáramos meterlo de nuevo en una caja, no solo por la seguridad estadounidense, sino también por la seguridad global”.
La afirmación de “poner la guerra en una caja” y sacarla solo cuando sea rentable para Estados Unidos refleja una visión utilitaria del conflicto. Desde esta perspectiva, el interés de Estados Unidos radica en una congelación del conflicto favorable a sus objetivos. Rusia, en cambio, busca un acuerdo definitivo y un nuevo sistema de seguridad en Eurasia que contemple sus intereses.
Es significativo que, al final de la entrevista, Kellogg recurriera a amenazas explícitas, mostrando una combinación del excepcionalismo estadounidense y la visión personal de Trump:
“No subestimen las intenciones de Trump de detener el conflicto en Ucrania. Es un gran error subestimar a Donald Trump. Necesitamos comprender mejor quién es Donald Trump y qué es Estados Unidos”.
Estas palabras no parecen dirigidas a los líderes de Kiev, sino claramente a Moscú.
La conclusión es evidente: con la llegada oficial de Trump a la Casa Blanca y su eventual ultimátum a Rusia, es probable una nueva escalada en Ucrania.
La mejor opción para Rusia podría ser intensificar su postura antes de la toma de posesión de Trump, de modo que, mediante acciones concretas, pueda dejar clara su posición a la nueva administración estadounidense.
