El director del Instituto de Patología de la Universidad de Heidelberg, Peter Schirmacher, ha realizado más de cuarenta autopsias a personas que habían fallecido a las dos semanas de su vacunación. Schirmacher se mostró alarmado por sus hallazgos. La seriedad y la reputación del director del Instituto Patológico de la Universidad de Heidelberg son intachables, según sus colegas.
Por Free West Media
El 1º de agosto, el diario regional Augsburger Allgemeine informó: “Schirmacher parte de la base de que entre el 30 y el 40 por ciento de ellos murieron a causa de la vacunación. En su opinión, se subestima la frecuencia de las consecuencias mortales de la vacunación, una declaración políticamente explosiva en tiempos en los que la campaña de vacunación está perdiendo impulso, la variante Delta se está extendiendo rápidamente y se están discutiendo las restricciones a las personas no vacunadas”.
El gobierno de Merkel no tardó en responder a esta declaración “políticamente explosiva” de Heidelberg. Según la Agencia de Prensa Alemana (dpa), el Instituto Paul Ehrlich anunció que las declaraciones de Schirmacher eran “incomprensibles”. El lacayo del canciller, el inmunólogo alemán de alto nivel Thomas Mertens, rechazó de inmediato las conclusiones: “No conozco ningún dato que permita hacer una afirmación justificada en este sentido y no asumo una cifra no reportada”.
El inmunólogo Christian Bogdan, del Hospital Universitario de Erlangen, miembro de la Comisión Permanente de Vacunación (STIKO), también contradijo la suposición de Schirmacher de un “elevado número de complicaciones de vacunación no declaradas o incluso de muertes”.
Sin embargo, el patólogo recibió el apoyo de sus propias filas, y la Asociación Federal de Patólogos Alemanes declaró que deberían realizarse más autopsias de personas vacunadas que hubieran fallecido en un determinado plazo tras la vacunación.
El jefe del “Grupo de Trabajo de Autopsias” de esta asociación quiso concienciar a los médicos de cabecera y a las autoridades sanitarias. Es decir, que los médicos de los pacientes fallecidos en los días o semanas posteriores a la vacunación soliciten una autopsia en caso de duda o que las autoridades sanitarias tomen medidas.
La Asociación Federal de Patólogos ya lo había solicitado en marzo en una carta dirigida al ministro de Sanidad, Jens Spahn (CDU), pero quedó sin respuesta.
La advertencia de Schirmacher podría, por supuesto, arruinar un negocio multimillonario a largo plazo para varias empresas farmacéuticas, mientras que la ya escasa disposición a vacunarse en el grupo restante no vacunado podría disminuir aún más dramáticamente y, en última instancia, toda la estrategia de pandemia del gobierno federal podría deshacerse.
Pero la seriedad y la reputación del director del Instituto Patológico de la Universidad de Heidelberg son inatacables.
El propio Schirmacher ya dirige un proyecto de autopsias a personas fallecidas por el Covid-19, subvencionado por el Estado. A continuación, él mismo amplió el enfoque y realizó también la autopsia a más de 40 personas vacunadas fallecidas. Aunque sus resultados son sólo una instantánea, son dramáticos: Entre el 30 y el 40 por ciento murieron a causa de la propia vacunación. El patólogo citó “efectos secundarios raros y graves de la vacunación, como la trombosis de las venas cerebrales o las enfermedades autoinmunes”.
Schirmacher respondió a las críticas de algunos colegas. Negó una falta de competencia: “Los colegas están definitivamente equivocados porque no pueden evaluar esta cuestión específica de forma competente”. Además, no ha tratado de sembrar el pánico, y no es un opositor a las vacunas – el propio Schirmacher ha sido vacunado.
Por su parte, el Instituto Robert Koch se remite a los informes periódicos de seguridad del Instituto Paul Ehrlich en su página web. Sin embargo, si en las próximas semanas se pone de manifiesto que la política, la ciencia y los medios de comunicación hacen campaña contra Schirmacher y se ignoran por completo sus alarmantes resultados, sería otra señal de alarma sobre la seguridad de los productos.
Mientras tanto, Twitter suspendió la cuenta del ex corresponsal científico del New York Times, Alex Berenson, por compartir los detalles de un ensayo clínico de Pfizer con resultados similares, lo que anula por completo la narrativa de la clase política.
Según Pfizer: “Durante el período ciego y controlado, murieron 15 receptores de BNT162b2 y 14 de placebo; durante el período abierto, murieron 3 receptores de BNT162b2 y 2 de placebo original que recibieron BNT162b2 después de desenmascararlo. Los investigadores no consideraron que ninguna de estas muertes estuviera relacionada con el BNT162b2”. El informe afirmaba que las causas de muerte estaban equilibradas entre los grupos de BNT162b2 y de placebo: 15 personas que tomaron la vacuna murieron y 14 que tomaron el placebo murieron.
Sin embargo, un montón de personas que estaban en el grupo de placebo ya han tomado la vacuna, por lo que “el ciego del ensayo se ha roto ahora” y “estos son todos los datos que tendremos”, señaló Berenson.
Editor en jefe del popular periódico alemán BILD, pide disculpas por el engaño del Covid
Fuentes:
Augsburger Allgemeine: Chef-Pathologe der Uni Heidelberg drängt auf mehr Obduktionen von Geimpften.
Free West Media: German Chief Pathologist Sounds Alarm on Fatal Vaccine Injuries.
