Por José Luis Preciado
Un reciente análisis gráfico de la caída y recuperación del índice Nikkei en comparación con las acciones de Nomura y Citigroup ha revelado una correlación inquietante advertida por Pam y Russ Martens en Wall Street On Parade (1). En medio de las crecientes tensiones económicas, escriben los Martens, estas dos entidades financieras parecen moverse en sintonía con las oscilaciones del mercado japonés, lo que genera temor por la salud del sistema financiero mundial. A medida que los inversores observan con cautela, surge la pregunta: ¿estamos ante un patrón pasajero o el preludio de un nuevo episodio de inestabilidad financiera?
En el otoño de 2019, la Reserva Federal intervino para proporcionar miles de millones de dólares en préstamos de emergencia a los grandes bancos de Wall Street durante la crisis de repos. Wall Street On Parade fue el único medio que identificó a los bancos que recibieron el dinero cuando la Fed publicó los datos detallados dos años después. Actualmente, dos firmas financieras, Nomura y Citigroup, que estuvieron involucradas en la crisis de 2019, parecen estar relacionadas con un problema de trading en Japón que afecta a los mercados globales.
Nomura fue el mayor prestatario de la Fed durante la crisis de repos, mientras que Citigroup fue el quinto. Recientemente, la venta de acciones ha sido atribuida a factores geopolíticos y a la liquidación del “carry trade” en yenes, es decir, al “acarreo de fondos” o “bicicleta financiera” que consiste en pedir prestados yenes a bajo costo para lograr mayores rendimientos en base a la especulación en general. Sin embargo, el verdadero alcance del impacto de estas operaciones es incierto, ya que hay muchas maneras en que los grandes traders podrían estar perdiendo dinero y enfrentando pérdidas relacionadas con divisas, derivados y carteras de acciones, advierten los Martens.
Además, el informe más reciente de la Oficina del Contralor de la Moneda indica que JPMorgan Chase, Goldman Sachs, Bank of America y Citigroup tienen una gran concentración de contratos de divisas al contado, lo que representa el 90% de los mismos en los bancos comerciales asegurados por el gobierno federal en EE.UU. Esta concentración en instituciones respaldadas por los contribuyentes es preocupante.
Como se advirtió en un artículo reciente, el colapso bursátil del pasado “lunes negro” generó una oleada de explicaciones que no abordan plenamente las causas subyacentes. El colapso se atribuyó principalmente a factores económicos y decisiones políticas que han afectado negativamente la confianza del mercado. Pero el “lunes negro” en realidad fue meramente sintomático, pues lo que hay detrás de todo esto es una burbuja especulativa de derivados financieros de más de 2.000 billones de dólares, que va a reventar tarde o temprano.
En un nuevo informe para EIR, el geoestratega Dennis Small confirma que el lunes negro reciente nada tiene que ver con el desempleo ni con la Reserva Federal, sino
“con el hecho de que hay una burbuja especulativa de más de 2000 billones de dólares y cualquier problema de insolvencia en cualquier aspecto de esa burbuja amenaza con hacer que estalle la totalidad de la burbuja, es decir, este es un asunto dinámico con aspectos de una explosión financiera de reacción en cadena…. Imagínense una reacción en cadena nuclear como de una bomba atómica pero en el mundo financiero. Ese es el peligro que se corre cuando hay una burbuja especulativa de 2000 billones de dólares.”
EIR cita un artículo publicado el 7 de agosto por analistas del Financial Times (3), en el que se explica que lo que realmente pasó el “lunes negro” y se advierte que el desmantelamiento del “carry trade” en yenes sigue amenazando a los mercados, ya que el fortalecimiento de la moneda japonesa obliga a los especuladores a cerrar apuestas por valor de cientos de miles de millones de dólares. El “carry trade” o acarreo de fondos consiste en
“pedir prestado en un país con tasas de interés bajas para financiar la inversión en activos en otros lugares que ofrecen rendimientos más altos… La captación de fondos baratos en yenes ha estado vertiéndose en todo tipo de activos, desde divisas de mercados emergentes como el peso mexicano hasta acciones taiwanesas, bienes inmuebles y acciones de firmas tecnológicas estadounidenses”.
Los fondos de cobertura se encuentran entre los mayores especuladores del acarreo de fondos, enfatiza EIR. Durante los últimos tres años, esta práctica, que implica pedir prestado en un país con bajas tasas de interés, como Japón, para invertir en activos de mayor rendimiento en otros lugares, ha crecido enormemente debido a las tasas ultrabajas de Japón.
La reciente subida de tasas de interés del Banco de Japón ha llevado a los fondos de cobertura e inversores a deshacer rápidamente sus “carry trades”, contribuyendo a la turbulencia en los mercados globales y provocando una fuerte venta de activos. Se estima que el “carry trade” en yenes alcanzó alrededor de 500 mil millones de dólares, con aproximadamente 200 mil millones ya liquidados en las últimas semanas.
Aunque se ha reducido la especulación financiada con yenes, algunos analistas creen que aún queda por deshacerse una parte significativa de estas posiciones, lo que podría ser utilizado por los especuladores continuar afectando a los mercados financieros globales de acuerdo a sus intereses geoestratégicos.
Colapso bursátil internacional: Causas, beneficiarios y escenarios futuros
Notas a pie de página
1. Pam Mastens y Russ Martens, en Wall Street On Parade: We Charted the Plunge and Rebound in the Nikkei Versus Nomura and Citigroup; the Correlation Is Frightening. 8 de agosto dee 2024.
2. Dennis Small, en EIR: “Ya no hay interruptores automáticos” para detener la guerra mundial. 12 de agosto de 2024.
3. Financial Times: Unwinding of yen ‘carry trade’ still threatens markets, say analysts.