Por Dean Henderson
Fue decepcionante que la primera reunión del presidente Trump con un líder extranjero fuera con el criminal de guerra israelí Bibi Netanyahu. Pero la situación empeoró. Durante su conferencia de prensa conjunta, Trump sorprendió al mundo al anunciar que Estados Unidos pretendía apoderarse de Gaza y convertirla en una “riviera” para sus amigos multimillonarios, a algunos de los cuales les debe grandes sumas de dinero.
Fue Wilbur Ross, corredor de bonos de Rothschild Inc., quien manejó la bancarrota de Donald Trump. A cambio de que los Rothschild rescataran a Trump, este accedió a convertir su nombre en una marca lucrativa para sus acreedores banqueros. Ross fue recompensado al ser nombrado el primer Secretario de Comercio de Trump. Mientras tanto, los Rothschild adquirieron el casino Taj Mahal y otras propiedades en Atlantic City a precios irrisorios.
En cuanto a Trump, endeudado y comprometido, se le encomendó la tarea de convertirse en un presidente de dos mandatos que presidiría una nueva “Edad de Oro”, en la que la clase multimillonaria saldría completamente del armario y gobernaría un Nuevo Orden Secular con el satanismo como su ethos.
En marzo de 2024, el yerno de Trump y ciudadano israelí Jared Kushner declaró que Gaza tenía un potencial “muy valioso” por su “propiedad frente al mar”. La idea siempre fue que Israel expulsaría a todos los palestinos de Gaza y simplemente se apoderaría del territorio. Por eso presionaron a Egipto para que abriera la puerta de Rafah, pero Egipto, consciente del plan, se negó.
Además del plan de la riviera de los Rothschild, está su estrategia energética. En 1999, British Gas (BG) descubrió un importante yacimiento de gas en los campos Gaza Marine, a solo 20 millas de la costa de Gaza. La Autoridad Palestina concedió a BG una concesión exploratoria de 25 años como socio, pero Israel bloqueó su desarrollo.
En 2016, Royal Dutch Shell, cuyo mayor accionista es Victor Rothschild, pagó 52 millones de dólares a BG por el yacimiento. Sin embargo, tampoco ayudaron a la Autoridad Palestina a desarrollarlo. Si Estados Unidos se apoderara de Gaza, es seguro que los Rothschild comenzarían su explotación.
La declaración de Trump no puede verse más que como un acto de piratería colonialista. Evoca los días en que los Caballeros Templarios saqueaban y robaban el planeta entero para sus amos del linaje de la Corona. Tras su anuncio sobre el “Stargate” y toda esta charla sobre una “Edad de Oro”, parece que esta es precisamente la idea.
Sin importar qué más haga, la sumisión de Trump a Israel y su deuda con la familia Rothschild, fundadora de esa nación, no solo condenarán su presidencia, sino posiblemente también a nuestro país. Una cosa es segura: esto solo fortalecerá la determinación del Eje de la Resistencia.
Trump proclama los Altos del Golán para la corporación Genie Energy de los Rothschild
