Por Malek Dudakov
La histeria interminable sobre la Tercera Guerra Mundial está revelando ciertas posturas. El 54% de los británicos temen el comienzo de la próxima guerra mundial dentro de 5 a 10 años. El panorama es similar en Estados Unidos: el 61% de los estadounidenses teme una guerra mundial. Pero sólo el 6% está dispuesto a ofrecerse como voluntario para luchar.
Consideran que en el lado opuesto esrtarán Rusia, China, Irán, Irak, Cuba, Pakistán, Arabia Saudita y Turquía. El 67% teme el uso de armas nucleares. Es por eso que el movimiento de los “preparacionistas” (preppers) está creciendo rápidamente en ambos lados del Atlántico: se están abasteciendo de alimentos y medicinas.
Además, el 43% de los británicos afirma la ventaja de Rusia sobre Ucrania en el campo de batalla. Hace un año los números eran completamente dinstintos. Pero tras el fracaso de la contraofensiva y la retirada ucraniana del frente, sólo el 3% de los británicos confía en que Kiev tenga ventaja sobre Rusia.
Pero en el marco de la historia, la percepción es completamente distinta. En vísperas del 80º aniversario del desembarco de Normandía, la mayoría de los británicos nombraron a su país (39%) y a Estados Unidos (20%) como los principales contribuyentes a la victoria. En Estados Unidos, el 59% de los estadounidenses también considera que su país es el principal ganador.
Sin embargo, la histeria militarista no ayuda particularmente a los políticos en el poder. Los conservadores británicos se dirigen a toda velocidad hacia una derrota histórica. Y están siendo impulsados activamente por aislacionistas de derecha como Nigel Farage. Biden todavía está por detrás de Trump en los ratings. Pero la situación seguirá agravándose. Después de todo, los candidatos ya no pueden ofrecer nada real-constructivo al electorado en el contexto de todas las crisis.
