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Dos fuentes documentales aparentemente no relacionadas entre sí fueron publicadas recientemente en las redes sociales y ambas recibieron mucha atención.
La primera es un artículo de Peter Beinart publicado por The New York Times donde Beinart afirma que ya no cree en un Estado judío y pide un estado binacional con los mismos derechos en Palestina.
La otra fuente se trata de un vídeo clip que muestra a una familia israelí dentro de su automóvil reaccionando al ver a dos niños que se les acercan: Se abre la ventanilla del automóvil y se escucha al padre de familia preguntar a sus hijas en hebreo: “¿Quién quiere alimentar a un beduino?”
Si bien estas dos fuentes parecen no estar relacionadas entre sí, hay algo inquietante en ambas que Miko Peled se ha dedicado a analizar en un artículo publicado por Mint Press News, en el que concluye que:
“Reconocer que los palestinos tienen derechos dentro de una construcción sionista es un síntoma de la supremacía racista sionista. Este racismo es lo que permite que una familia conduzca junto a niños palestinos y los trate como animales en un safari. Es así como el estado de Israel puede continuar la Naqba, la destrucción sistémica y catastrófica de Palestina y su gente durante casi cien años.”
Hay dos aspectos que explican el mecanismo geopolítico-ideológico bajo el cual fue creado el Estado judío de Israel. Como argumenta el Dr. Elias Akleh en un artículo publicado el 23 de agosto de 2019 por Veterans Today:
El sionismo, una ideología política que tiene como objetivo crear un estado solo para judíos, fue creado para resolver el problema judío de Europa. Apoyar al sionismo para crear un Israel hostil en el corazón del mundo árabe en Palestina, en las costas orientales del Mediterráneo, tenía un doble propósito.
Primero, ubicar y usar a Israel como “estado amortiguador” hostil en el corazón del mundo árabe para crear un estado de guerras perpetuas con sus vecinos árabes alimentado por el complejo militar industrial occidental.
En segundo lugar, Europa se libraría de su problema judío cuando los judíos emigrasen a Israel. Los líderes europeos, que pretendían apoyar al Israel sionista, en el fondo eran anti-judíos reales que querían expulsar a los judíos aislacionistas de Europa.
Arthur Balfour, el Secretario de Asuntos Exteriores británico, autor de la Declaración Balfour de 1917 en apoyo de la creación del Israel judío, desestimó a los judíos como “pueblo extranjero y hostil”. Balfour, como otros políticos británicos en su momento, apoyó la Ley de Extranjería británica que restringe la inmigración de judíos rusos a Gran Bretaña. Apoyando al sionismo, vio que esta ideología beneficiaba a la sociedad occidental al librarla de sus problemáticas minorías judías.
Occidente no teme que Israel se convierta en una superpotencia porque su fuerza militar depende del apoyo militar occidental y porque Israel nunca podría conquistar y someter a todos sus vecinos árabes hostiles.
Israel es un estado terrorista proxy creado para servir a las potencias occidentales al dividir el mundo árabe y mantenerlo en un estado de guerras perpetuas en demanda de armas occidentales. Israel logrará interrumpir la unidad del mundo árabe por algún tiempo, per será derrotado y desaparecerá definitivamente al igual que ISIS.
Fuentes:
Miko Peled / MPN — How Two Seemingly Unrelated Events Laid Israel’s Racism Problem Bare.
Elias Akleh / Veterans Today — El secreto de Israel.
