La iniciativa fue encabezada por Carl Gershman, director durante muchos años de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), una organización sin ánimo de lucro financiada por el gobierno estadounidense que promueve operaciones de cambio de régimen en todo el mundo. Concebida originalmente por la CIA de la administración Reagan, la NED se ha inmiscuido en elecciones y ha patrocinado a golpistas desde Nicaragua a Venezuela, pasando por Hong Kong y otros países.
Por Mente Alternativa
Documentos filtrados y correos obtenidos por The Grayzone revelan un esfuerzo encubierto liderado por Carl Gershman, exdirector del National Endowment for Democracy (NED), para imponer un liderazgo radical en el movimiento opositor iraní. El objetivo es derrocar al gobierno de Irán utilizando la protesta contra el uso obligatorio del hijab como plataforma. Gershman planeó canalizar recursos del Departamento de Estado de EE.UU. hacia la creación de una “Coalición de Libertad de Irán”, formada por activistas pro-occidentales y operativos neoconservadores estadounidenses que abogan por una intervención militar en Irán.
Aunque la coalición buscaba “movilizar apoyo internacional” para el movimiento Mujer, Vida, Libertad, en realidad trataba de imponer un liderazgo en el exilio respaldado por elementos beligerantes en Washington. Figuras como William Kristol, un conocido defensor de la guerra con Irán, y Joshua Muravchik, también partidario de ataques militares, fueron seleccionados por Gershman para encabezar la iniciativa.
Los miembros iraníes de la coalición están vinculados a centros de pensamiento occidentales como el Instituto Tony Blair, y su participación refleja una agenda controlada por Washington. Las protestas en Irán, originadas tras la muerte de Mahsa Amini en 2022, fueron inicialmente lideradas por ciudadanos iraníes, pero rápidamente fueron cooptadas por exiliados financiados por EE.UU., como Reza Pahlavi y Masih Alinejad.
Aunque el movimiento perdió fuerza dentro de Irán, Gershman continuó promoviendo su coalición, buscando redirigir fondos del Departamento de Estado hacia sus propios proyectos de cambio de régimen, incluso después de su retiro del NED en 2021. La coalición propuesta refleja cómo el movimiento opositor iraní ha sido instrumentalizado por intereses intervencionistas estadounidenses.