Por Mente Alternativa
En un mundo donde la ciberseguridad se ha convertido en un campo de batalla estratégico, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) está dando un paso audaz. Con una inversión de 39,3 millones de dólares, la agencia está desarrollando una herramienta de “disuasión digital” bajo el programa SIEVE. Este proyecto no solo busca fortalecer las capacidades cibernéticas de Estados Unidos, sino también enviar un mensaje claro a sus adversarios: la superioridad tecnológica es clave en la era digital.
El programa SIEVE se centra en la creación de “pruebas de conocimiento cero”, una tecnología que permite demostrar la existencia de ciertas capacidades sin revelar sus detalles. Imaginen un escenario en el que Estados Unidos necesita demostrar a China o a cualquier otro país que posee armas cibernéticas avanzadas, pero sin desvelar cómo funcionan. Este tipo de herramienta actuaría como un “maletín nuclear” en el ciberespacio, una forma de disuasión que no requiere mostrar toda la mano.
La compañía Galois, conocida por sus avances en criptografía, recibió el contrato más grande del programa, valorado en 15,9 millones de dólares. Junto a ella, otras cuatro empresas están contribuyendo al proyecto:
- Stealth Software Technologies (9,7 millones de dólares): especializada en informática segura.
- Trail of Bits (7,1 millones de dólares): expertos en ciberseguridad y auditoría de blockchain.
- SRI International (5,1 millones de dólares): un instituto de investigación con fuertes vínculos militares.
- Cybernetica AS (1,5 millones de dólares): una empresa estonia enfocada en ciberseguridad.
La participación de Cybernetica sugiere que el sistema en desarrollo podría integrarse en las estructuras de la OTAN, lo que ampliaría su alcance y aplicabilidad.
Uno de los aspectos más llamativos del proyecto es su escala. DARPA exige que la herramienta sea capaz de manejar “miles de millones de puertas lógicas”, lo que indica que podría utilizarse para demostrar la existencia de redes de armas cibernéticas sofisticadas o sistemas de vigilancia masiva. Además, se está prestando especial atención a la criptografía postcuántica, preparándose para una era en la que los ordenadores cuánticos podrían hackear los sistemas de seguridad actuales.
La distribución de roles entre las empresas participantes también es reveladora. Galois parece encargarse de los componentes criptográficos clave, mientras que Stealth Software Technologies se enfoca en la computación segura. Trail of Bits aporta su experiencia en seguridad de implementación, SRI International posiblemente integra el sistema con infraestructuras militares, y Cybernetica adapta la tecnología para su uso en la OTAN.
Este proyecto no es solo un avance tecnológico; es una declaración de intenciones. Estados Unidos busca consolidar su posición como líder en ciberseguridad y, al mismo tiempo, ejercer presión sobre otros países bajo el disfraz de la “superioridad tecnológica”. Sin embargo, esta iniciativa también plantea preguntas sobre el futuro de la privacidad y la seguridad global. ¿Estamos ante el nacimiento de una nueva era de disuasión digital, o simplemente ante una escalada en la carrera armamentística del ciberespacio?
Lo que está claro es que DARPA está apostando fuerte por el futuro de la ciberseguridad, y el programa SIEVE podría ser solo el comienzo.
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