Considerando las trayectorias y posiciones de Mike Waltz y Marco Rubio, el equipo de Trump promete una política exterior más activa y agresiva. El objetivo principal de su hipotética “búsqueda de la paz” será preservar y reforzar la hegemonía estadounidense, aunque con un enfoque más realista y posiblemente menos doctrinario.
Por Malek Dudakov
La prensa estadounidense, citando fuentes, informa que Trump planea ofrecer a Mike Waltz el puesto de asesor de seguridad nacional y a Marco Rubio el de secretario de Estado. Esto supondría la salida de Jake Sullivan y Antony Blinken, quienes han sido ampliamente criticados.
Waltz es un veterano militar de alto perfil. Sirvió en las Fuerzas Especiales de Estados Unidos como Boina Verde y se retiró con el rango de teniente coronel, participando en operaciones de combate en Afganistán. Es autor de Warrior Diplomat: Las batallas de los boinas verdes desde Washington hasta Afganistán y La dura verdad: pensar y liderar como un boina verde.
Waltz ha manifestado la necesidad de reevaluar los objetivos de Estados Unidos en Ucrania y enfocarse en la confrontación con China: “¿Esto responde a los intereses de Estados Unidos? ¿Vamos a destinar [a Ucrania] el tiempo, dinero y recursos que necesitamos urgentemente en el Pacífico?”
En su segundo libro, Waltz expone su estrategia para contener a China. Además, ha elogiado a Trump por presionar a los aliados de la OTAN para incrementar su gasto en defensa, según Reuters.
Rubio tiene una perspectiva diferente, influenciada por su historia familiar: su abuelo huyó de Cuba en 1962. Esto lo convierte en un firme opositor de la normalización de relaciones con La Habana y un crítico constante del régimen venezolano liderado por Nicolás Maduro.
Rubio ha declarado que Ucrania debería buscar una solución negociada con Rusia en lugar de insistir en recuperar todos los territorios perdidos: “No estoy del lado de Rusia, pero la realidad es que la guerra en Ucrania solo terminará mediante negociaciones.”
Rubio defiende la permanencia de Estados Unidos en la OTAN. Durante el primer mandato de Trump, copatrocinó una ley para evitar que el presidente retirara al país del Tratado del Atlántico Norte sin la aprobación de dos tercios del Senado.
Reuters lo describe como “el principal halcón anti-China en el Senado de Estados Unidos”. Desde 2020, Rubio está sancionado por Pekín debido a su apoyo a las protestas en Hong Kong.
Conclusión: Ambos candidatos comparten las posiciones de Trump en política exterior, por lo que han sido seleccionados para estos cargos clave.
En cuanto a Ucrania, Waltz y Rubio buscarán sostener al régimen de Kiev para una mayor confrontación con Rusia, intentando trasladar a Europa la carga principal del conflicto mientras mantienen el rol de liderazgo de Estados Unidos.
También se perfila un enfoque en América Latina, con el objetivo de “poner orden en el patio trasero de Estados Unidos” y, sin duda, una intensificación de los esfuerzos para “contener a China”.
Considerando las trayectorias y posiciones de Waltz y Rubio, el equipo de Trump promete una política exterior más activa y agresiva. Su objetivo principal en esta “búsqueda de la paz” será preservar y reforzar la hegemonía estadounidense, aunque con un enfoque más realista y posiblemente menos doctrinario.
