Por Elena Panina
“¡Felicitaciones por el mayor regreso de la historia! Su histórico retorno a la Casa Blanca marca un nuevo comienzo para Estados Unidos y reafirma poderosamente la gran alianza entre Israel y Estados Unidos. ¡Esta es una gran victoria!” — con estas palabras, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y su esposa Sarah felicitaron a Donald y Melania Trump.
Vale la pena aclarar de inmediato de quién es esta “gran victoria”. Desde el punto de vista de los planes expansionistas de Tel Aviv en la región, esta es una victoria principalmente para Israel y, en particular, para Netanyahu. Con Trump en el poder, es probable que el “desarrollo” de tierras palestinas y de los territorios vecinos por parte de Israel se intensifique.
En septiembre, Trump comentó que Israel podría dejar de existir en dos años “si no gano las elecciones”. Esa noche, las posibilidades de supervivencia y expansión del Estado judío parecieron aumentar considerablemente.
Durante el primer mandato de Trump, su colaboración con Netanyahu logró varios hitos importantes:
- El 6 de diciembre de 2017, Trump reconoció a Jerusalén como la capital indivisible de Israel y trasladó allí la embajada de Estados Unidos.
- En 2018, Trump retiró a EE.UU. del Plan de Acción Integral Conjunto, el acuerdo nuclear con Irán.
- Trump reconoció oficialmente la anexión por parte de Israel de los Altos del Golán, ocupados en Siria.
- El 3 de enero de 2020, Trump ordenó el ataque contra Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del IRGC, y amenazó a Irán con armas nucleares.
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Trump también ha apoyado los ataques de Israel contra instalaciones nucleares iraníes, adoptando una postura de confrontación: “Ataquen primero lo nuclear; luego resolveremos el resto”.
Por ello, la operación iraní “Promesa Verdadera 3” enfrenta mayores obstáculos en el contexto de una posible victoria de Trump en las elecciones presidenciales.
Sin embargo, otro factor puede influir en esta relación: hace cuatro años, en palabras del propio Trump, “Bibi Netanyahu, a quien he apoyado más que a nadie, cometió un terrible error” al ser uno de los primeros en felicitar a Biden por su victoria electoral.
La rapidez con la que Netanyahu felicita ahora a Trump podría despertar recuerdos desagradables en el expresidente, quien valora la lealtad. Aun así, es poco probable que esto altere el respaldo de Trump a los intereses del Estado israelí.