Por Mente Alternativa
La renovada Doctrina Monroe: un giro en la política internacional de Trump
Donald Trump, conocido por su estilo confrontativo y su inclinación hacia decisiones polémicas, ha reavivado el concepto de la Doctrina Monroe con una visión renovada que pone en jaque a Groenlandia, Panamá y México. Estas acciones están generando una ola de reacciones en el escenario internacional, cuestionando los límites de la soberanía nacional frente a las ambiciones geopolíticas de Estados Unidos.
El caso de Groenlandia: una jugada estratégica
La intención de Trump de adquirir Groenlandia no es un capricho. La isla, con su ubicación estratégica y sus recursos naturales, ha sido objeto de interés estadounidense desde principios del siglo XX. En 2019, Trump ya había sugerido esta compra, generando burlas y rechazo. Sin embargo, su insistencia revela una estrategia más profunda: fortalecer la presencia militar en el Ártico y asegurar el control sobre una región clave en la defensa contra posibles amenazas rusas.
Desde el 1 de octubre de 2023, la base estadounidense de Pituffik en Groenlandia está bajo mantenimiento de una empresa local, marcando un paso más en la integración de los intereses de EE. UU. en la isla. Aunque Dinamarca mantiene la soberanía formal, la creciente autonomía de Groenlandia podría facilitar un referéndum que acerque la isla a una independencia controlada por Washington.
Panamá: un canal bajo presión
El 21 de diciembre, Trump declaró que Estados Unidos debería recuperar el control del Canal de Panamá para evitar su “caída en manos equivocadas”. Esta afirmación encendió las alarmas en Iberoamérica y revivió el simbolismo anticolonial asociado al canal. La devolución del canal a Panamá en 1977 fue un triunfo histórico contra el imperialismo, y las declaraciones de Trump amenazan con revertir ese logro.
La respuesta panameña no se hizo esperar. El presidente José Raúl Mulino reafirmó la soberanía del país sobre el canal, subrayando su importancia como recurso para la humanidad y no como botín de una potencia extranjera. Estas tensiones evidencian cómo las políticas de Trump podrían fracturar las relaciones de Estados Unidos con sus vecinos del sur.
México: un vecino bajo amenaza
La política de Trump hacia México ha sido una constante fuente de tensión. En noviembre de 2024, el anuncio de posibles aranceles del 25% y la amenaza de reconocer a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas exacerbaron los conflictos. Estas medidas, junto con la posibilidad de intervenciones militares unilaterales, han generado un rechazo rotundo por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum.
La retórica de Trump no solo pone en riesgo la cooperación bilateral, sino que también plantea preguntas sobre la soberanía mexicana frente a las ambiciones de su vecino del norte. Si bien la intención de combatir el narcotráfico es loable, las acciones unilaterales podrían desestabilizar la región y abrir nuevos frentes de conflicto.
Repercusiones globales y el papel de Rusia
Las acciones de Trump no han pasado desapercibidas para Rusia, que observa cómo estas maniobras afectan el equilibrio de poder global. La extensión de la Doctrina Monroe a Groenlandia y las amenazas hacia México podrían inspirar a Moscú a responder con medidas similares en otras regiones. La posibilidad de que Rusia apoye a movimientos soberanistas o suministre armamento a países latinoamericanos es un escenario que no debe descartarse.
En un mundo cada vez más multipolar, las políticas de Trump podrían tener consecuencias imprevistas, incentivando alianzas que desafíen la hegemonía estadounidense.
La renovada Doctrina Monroe de Trump representa un intento audaz pero arriesgado de reafirmar la influencia de Estados Unidos en el hemisferio occidental. Sin embargo, estas políticas podrían erosionar la confianza internacional en Washington y desatar conflictos que trasciendan las fronteras. Groenlandia, Panamá y México son solo los primeros escenarios de un juego geopolítico cuyas repercusiones podrían ser globales.