Por Mente Alternativa
En su más reciente análisis para Executive Intelligence Review (EIR), el geoestratega Dennis Small sostiene que Londres amenaza asesinar a Trump y a Putin en un contexto de intensificación de las tensiones geopolíticas globales. Su informe, tan controvertido como documentado, desglosa los movimientos estratégicos que, según él, revelan una resistencia feroz del establishment angloamericano a cualquier intento de paz o reconfiguración del orden mundial.
El punto de partida es la conversación de dos horas entre Donald Trump y Vladimir Putin, que según Small, representa un esfuerzo serio por abrir vías diplomáticas. Ambos líderes mostraron interés en un cese al fuego, lo cual contrasta con las maniobras de sabotaje diplomático provenientes del Reino Unido, que estaría operando como el verdadero centro de poder de Occidente. Esta afirmación no es gratuita: se apoya en antecedentes históricos y en la influencia persistente de figuras como Jonathan Powell, mano derecha de varios primeros ministros británicos.
El informe es especialmente contundente al señalar cómo Londres habría saboteado las negociaciones de paz en 2022, y cómo continúa con esa línea agresiva. Small subraya que ciertos mensajes públicos, como un artículo en el Daily Express que insinúa la posible muerte de Putin, podrían interpretarse como amenazas veladas. A ello se suma la supuesta activación del código “8647” en Estados Unidos, el cual habría sido utilizado por el exdirector del FBI, James Comey, como una amenaza cifrada contra Trump. El «86» es un término clásico que significa «deshacerse de» o «expulsar», y el «47» representa al presidente número 47 de los Estados Unidos, Donald J Trump.
Tulsi Gabbard, directora de inteligencia nacional, habría condenado este gesto como un intento de incitar al magnicidio, mientras que el propio Trump ha acusado públicamente a Comey de estar detrás de una campaña para eliminarlo políticamente —o incluso físicamente—. La gravedad de estas denuncias, advierte Small, no tiene precedentes recientes y pone en evidencia una lucha de poder de dimensiones globales.
En otro frente, el análisis de Small no elude el conflicto en Gaza, calificando la inacción occidental como cómplice de un genocidio. Sostiene que Trump podría detener la ofensiva israelí con una simple orden de suspender la ayuda militar, pero que falta voluntad política real. De fondo, está la pugna entre un orden internacional centrado en el dominio militar y financiero, y otro basado en la cooperación y el desarrollo.
Aquí entran en juego los BRICS, China y la iniciativa de la Franja y la Ruta. Small destaca el acercamiento de América Latina a estos proyectos como un signo positivo de soberanía económica y multipolaridad. El ferrocarril bioceánico y la posible adhesión de Colombia a la Franja y la Ruta son ejemplos de esta transición hacia un nuevo modelo.
El cierre del informe apuesta por una arquitectura global en la que seguridad y desarrollo vayan de la mano. Se aboga por una economía de beneficio mutuo, en abierta oposición a la lógica de suma cero impuesta por los poderes financieros occidentales. Estos serán los temas centrales de la próxima conferencia del Instituto Schiller, convocada para debatir alternativas al actual orden internacional.
La advertencia de que Londres amenaza asesinar a Trump y a Putin no debe tomarse a la ligera. Es un llamado de alerta que desafía las narrativas impuestas y nos obliga a reconsiderar quién mueve realmente los hilos del poder mundial.
