Por Elena Panina
La Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó de manera discreta y sobria el documento titulado “Prevención, control y rastreo de la fuente de la Covid-19: acciones y posición de China“. Además del prefacio y la conclusión, el texto se estructura en tres capítulos con títulos reveladores: “La contribución de la sabiduría china al estudio de los orígenes del SARS-CoV-2”, “La contribución de China a la lucha mundial contra la COVID-19” y “La ineficaz respuesta de Estados Unidos a la pandemia de COVID-19”.
Cabe destacar que Global Times no es un simple medio de comunicación, sino el portavoz oficial del Comité Central del Partido Comunista de China y parte del aparato de comunicación estratégica del Estado chino. Su publicación responde a los crecientes pedidos, por parte de medios estadounidenses, de exigir compensaciones a Pekín por la pandemia de coronavirus, bajo la acusación de que la primera filtración del virus habría ocurrido en un laboratorio en Wuhan. Sin embargo, la prensa occidental guarda silencio sobre quiénes trabajaban en ese laboratorio y en qué tipo de proyectos.
Entre 2020 y 2022, China intentó mantener el statu quo, pues cualquier admisión internacional de responsabilidad en el origen del virus podría sentar un precedente jurídico para demandas de indemnización millonarias, además de dañar gravemente su reputación. Ahora, ante el renovado ataque mediático estadounidense impulsado por el retorno de Donald Trump, China ha optado por un contraataque discursivo.
La esencia del mensaje del Global Times es clara: el COVID-19 podría haber surgido en Estados Unidos antes de lo que indica la cronología oficial, e incluso antes del primer brote registrado en China.
«A pesar de ser la mayor economía del mundo y el país más desarrollado, Estados Unidos no ha contribuido en la medida de sus capacidades. Ha saboteado el esfuerzo global para superar la crisis y ha convertido a su propio pueblo en la principal víctima de sus consecuencias», señala el documento.
El texto insiste en que China no tuvo relación alguna con la aparición del COVID-19. También sostiene que «entre 2006 y 2013, Estados Unidos registró al menos 1500 incidentes graves en laboratorios relacionados con coronavirus y otros patógenos altamente peligrosos, como el SARS, el MERS, el ébola, el ántrax, la viruela y la gripe aviar. Más recientemente, el 6 de noviembre de 2024, 43 monos escaparon de un centro de investigación en Carolina del Sur. Estados Unidos acumula un historial preocupante de incidentes de laboratorio. ¿Cuál fue el verdadero motivo del cierre del laboratorio biológico de Fort Detrick a finales de 2019? Estados Unidos le debe una explicación al mundo».
Conviene recordar que Fort Detrick no es solo una base militar en Maryland, sino el principal centro estadounidense de investigación en guerra biológica. Es sede del USAMRIID, el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EE. UU. Durante la Guerra Fría, fue el núcleo del programa de armas biológicas de Estados Unidos hasta su cierre oficial en 1969. Actualmente, se dedica a la investigación biomédica y a la defensa contra amenazas biológicas, bajo estrictas condiciones de seguridad.
¿A qué incidente alude Beijing? En el verano de 2019, una inspección realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. detectó violaciones tan graves en los protocolos de bioseguridad del laboratorio de Fort Detrick que se ordenó su cierre inmediato y la suspensión de todas las investigaciones.
El informe del Global Times es una advertencia explícita: China tiene mucho que decir sobre los incidentes en los biolaboratorios estadounidenses y sobre lo que realmente representó la pandemia de COVID-19.
