Por Mente Alternativa
Río como punto de partida para un desarrollo multilateral inclusivo
La reciente cumbre del G20 celebrada en Río de Janeiro consolidó un enfoque centrado en la lucha contra el hambre y la pobreza, con un énfasis en el desarrollo multilateral. En esta edición, el presidente Xi Jinping destacó la importancia de construir un sistema de gobernanza global justo y equitativo, alineado con los principios de cooperación y beneficio mutuo.
Durante el evento, se lanzó la iniciativa Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, un esfuerzo colectivo para enfrentar las desigualdades en la producción y distribución de alimentos. Este proyecto busca resolver uno de los problemas más apremiantes del mundo: la incapacidad de alimentar a todos pese a la abundancia de recursos.
La lucha contra el hambre: una cuestión de justicia
El problema del hambre no radica en la escasez de alimentos, sino en las desigualdades en su distribución. Según datos de las Naciones Unidas, la producción mundial de cultivos supera las necesidades básicas de la población global. Sin embargo, mientras algunas naciones enfrentan desperdicio de alimentos, otras sufren de inseguridad alimentaria severa, especialmente en el “Sur Global”.
El presidente Xi enfatizó que la prosperidad mundial no puede construirse sobre la base de un sistema donde los ricos se enriquecen mientras los pobres se hunden más en la pobreza. Resolver estas inequidades requiere un compromiso colectivo que priorice el desarrollo inclusivo y sostenible.
El modelo de China: un ejemplo de éxito
China se ha convertido en un modelo para la reducción de la pobreza, habiendo logrado sacar a 800 millones de personas de esta condición, cumpliendo los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas antes de tiempo. Este logro, según Xi Jinping, demuestra que el desarrollo es posible cuando existe perseverancia y visión a largo plazo.
Las palabras de Xi resuenan profundamente entre los países en desarrollo: “Si China puede hacerlo, otros también pueden”. Este mensaje inspirador subraya la importancia de la colaboración y el esfuerzo continuo para superar las barreras estructurales que enfrentan las naciones emergentes.
El papel del G20 en un mundo multipolar
El G20 ha evolucionado desde su creación, pasando de ser un foro para gestionar crisis económicas globales a convertirse en una plataforma clave para promover el desarrollo multilateral. Sin embargo, el “Sur Global” sigue enfrentando dificultades para que sus voces sean escuchadas dentro de un sistema de gobernanza global dominado por países occidentales.
China, como miembro activo del G20 y representante natural de los países en desarrollo, ha promovido acciones concretas para reducir estas brechas. Entre sus iniciativas destacan:
- Tratamiento arancelario cero: China ha eliminado los aranceles para todos los países menos desarrollados con los que mantiene relaciones diplomáticas.
- Transferencia tecnológica: Promover la cooperación tecnológica para reducir la brecha digital.
- Iniciativas ambientales: Fomentar un desarrollo ecológico y sostenible, alineado con los objetivos del Acuerdo de París.
Multilateralismo: el motor del desarrollo global.
En su discurso, Xi Jinping destacó el compromiso con el multilateralismo como una forma de construir un mundo más justo. La cooperación entre países desarrollados y en desarrollo es esencial para enfrentar los retos del siglo XXI, desde la inseguridad alimentaria hasta el cambio climático.
El G20, como símbolo de la gobernanza global, tiene la responsabilidad histórica de liderar este esfuerzo. Xi propuso ocho acciones para fomentar el desarrollo global, desde el fortalecimiento de la economía digital hasta la modernización de los sistemas de gobernanza.
El G20 en Río marcó un nuevo capítulo en la búsqueda de un desarrollo multilateral inclusivo, con China liderando el camino hacia una cooperación global más justa y equitativa. Las iniciativas presentadas no solo buscan resolver problemas inmediatos, como el hambre y la pobreza, sino también sentar las bases para un sistema de gobernanza que beneficie a todas las naciones.
El desarrollo multilateral es más que un objetivo; es una necesidad en un mundo interconectado. La continuidad de estos esfuerzos dependerá de la voluntad de todos los países para trabajar juntos y construir un futuro donde nadie quede atrás.
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