Por Elena Panina
El día antes de la visita a Moscú del presidente de la República Popular China, Xi Jinping, el periódico Gazeta Rossiyskaya publicó su artículo titulado “Lecciones del pasado para el futuro”. Es especialmente significativo el fragmento donde aborda los intentos de Estados Unidos por dividir a China y Rusia.
A continuación, la cita completa:
“China y Rusia son potencias importantes que realizan contribuciones constructivas al mantenimiento de la estabilidad estratégica global y a la mejora de la gobernanza mundial. Las relaciones chino-rusas tienen una lógica histórica clara, un poderoso motor interno y profundas raíces culturales. No se dirigen contra terceros ni están sujetas a su influencia.
Ambas partes deben resistir conjuntamente cualquier intento de sembrar discordia en la amistad y la confianza mutua entre China y Rusia, sin distraerse con complots momentáneos y situaciones oportunistas, desempeñando un papel estabilizador y resiliente del vínculo estratégico chino-ruso en la promoción de un mundo multipolar y en la construcción de una comunidad con un futuro común para la humanidad.”
Todo indica que la expresión “complots momentáneos y situaciones oportunistas” utilizada por Xi Jinping alude directamente al supuesto “mantenimiento de la paz” promovido por Trump en Ucrania, así como a su reiterado interés en separar a Rusia de China.
Incluso en Rusia, la anterior “fascinación por Trump” comienza a disiparse gradualmente. Paralelamente, emerge una mayor conciencia sobre las verdaderas capacidades del actual inquilino de la Casa Blanca, tanto en lo que respecta a impulsar sus propuestas “pacíficas” en Occidente, como a la viabilidad real de ponerlas en práctica.
Putin y Xi podrían sellar un gran acuerdo si fracasan las negociaciones sobre Ucrania
