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Calistrat Atudorei: El mundo multipolar es inevitable y devolverá a la humanidad la posibilidad de una cooperación fructífera entre Estados soberanos

Transcripción del discurso de Calistrat Atudorei en la Conferencia Global Multipolar del 29 de abril de 2023.

 

Por Calistrat Atudorei

Me llamo Calistrat Atudorei, soy presidente del Foro de Países No Alineados de Rumanía, doctor en filosofía política y periodista.

El mensaje que deseo transmitir en este momento de gran agitación en la escena internacional se orienta hacia la toma de conciencia de que en los últimos cien años, y especialmente en los tres últimos, hemos sido testigos de numerosos esfuerzos coordinados a escala mundial de coerción y agresión contra Estados y pueblos. Estas acciones concertadas que han tenido lugar en todo el mundo implican necesariamente una red demasiado vasta y eficaz como para atribuirla únicamente al poder estadounidense y a los medios de que dispone.

Para enumerar brevemente algunos de estos asaltos de gran impacto que he documentado en mi trabajo, menciono los siguientes:

La Revolución Bolchevique de 1917 se ejecutó bajo las órdenes y con el apoyo masivo de algunas organizaciones de fuera de Rusia (no sólo de Estados Unidos); Las dos guerras mundiales se instrumentaron mediante la participación de las mismas entidades transnacionales que pretendían reestructurar el Sistema Internacional de acuerdo con los intereses de algunas organizaciones en la sombra; Durante la Guerra Fría, la OTAN y otras organizaciones utilizaron estructuras paramilitares como Gladio, que manipularon secretamente mediante el terror y los atentados de falsa bandera las orientaciones sociales de la mayoría de los gobiernos occidentales.

El sistema financiero-bancario internacional estaba, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, agresivamente controlado por instituciones globalistas como el Banco de Pagos Internacionales (BPI), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco de la Reserva Federal o la red SWIFT. Todas estas instituciones actuaron de forma coordinada y sometieron a los Estados mediante el endeudamiento forzoso y la imposición en cada país de la autoridad de los llamados “Bancos Nacionales”, que en realidad eran (y siguen siendo en muchos países) simples vasallos del Cártel Financiero-Bancario Globalista.

En las últimas décadas, hemos visto la misma colaboración supra-estatal particularmente eficaz en la exportación de la llamada “democracia”, en innumerables países del mundo. Esto ha demostrado ser un medio para infiltrar agentes en la mayoría de los estados con el fin de ejecutar cambios de régimen y tomar las riendas del poder en la mayoría de los países. La infraestructura conexa utilizada, que incluía la formación sistemática de “manifestantes” y la financiación de grupos de oposición, fue coordinada no sólo por los Departamentos de Estado estadounidenses, sino también por vastas organizaciones europeas vinculadas a la Unión Europea, por trusts como Open Society (patrocinado por George Soros), estructuras operativas como OTPOR, CANVAS, REZIST, pero también docenas de otros consejos, comités, fundaciones, grupos de reflexión, además de cientos de diversas organizaciones más o menos discretas.

Las investigaciones realizadas, entre las que me incluyo, han demostrado que las organizaciones terroristas más importantes fueron fundadas, entrenadas y financiadas precisamente por las potencias occidentales bajo la forma de algunos ejércitos mercenarios.

También se han escenificado enormes atentados terroristas, intensamente cubiertos de forma coordinada por una infraestructura política y mediática en todo el espacio occidental. El ejemplo más destacado es el atentado del 11 de septiembre de 2001 (que en realidad fue una demolición controlada ejecutada por múltiples servicios secretos), que constituyó un pretexto para la orquestación de la “guerra contra el terror” infligida a Oriente Medio.

En los últimos tres años todos hemos observado la terrible aceleración de esta Agenda Globalista a través de la instrumentalización de la llamada “pandemia de Covid-19” (de la que ahora hay abundantes pruebas de que fue generada artificialmente), y después a través del posicionamiento coordinado de los estados liberales contra la Federación Rusa, bajo el pretexto de ayudar a la “democracia” en Ucrania.

Como conclusión a estas observaciones: en mi opinión se ha hecho obvio que nos enfrentamos a un Sistema oculto, subterráneo, subversivo, de naturaleza transnacional, que controla mucho más que América y que busca crear el llamado “Nuevo Orden Mundial”. Organizaciones como el Foro Económico Mundial, el Grupo Bilderberg o la Comisión Trilateral llevan mucho tiempo actuando de forma coordinada, como una especie de Gobierno en la Sombra, y buscan (todavía de forma encubierta) imponer su Agenda. El poder global, la hegemonía mundial ya no es sólo el objetivo de una superpotencia (aparentemente Estados Unidos), sino el deseo preciso de este Gobierno Mundial en la Sombra. En todo este aparato globalista, el Estado estadounidense no es, a través de sus administraciones, más que la interfaz principal para el ejercicio de la influencia globalista.

A partir de este tipo de evidencias, una conclusión importante que podríamos formular es que tras la desintegración de la Unión Soviética, en 1991, las relaciones internacionales pasaron de la fase de bipolaridad (en la que se enfrentaban dos superpotencias) a una fase de unipolaridad, pero en la que los intereses, las aspiraciones de hegemonía mundial ya no estaban asociados a un único Estado (aparentemente Estados Unidos), sino a una estructura mundial de carácter supranacional, configurada en forma de Sistema Globalista. Este Sistema reúne a organizaciones transnacionales, a menudo secretas, que no responden a los intereses de ninguna nación, sino a los de una “élite globalista” que pretende establecer, sin el conocimiento de la población mundial, una forma de control y gobernanza a escala mundial. Estos globalistas son los que diseñan deliberadamente las crisis, los que poseen los medios de comunicación, los que controlan las principales organizaciones internacionales a la vista y los que manejan las palancas del poder financiero-bancario.

Ahora está cada vez más claro que el Sistema Liberal Occidental, como base del Sistema Globalista, se está derrumbando rápidamente. Rusia, China, y también muchos otros Estados, llevan años preparando su salida de esta forma de dominación y control y ahora han creado un sistema financiero, bancario, económico (y militar) alternativo, que anula cualquier posibilidad de recuperación del mundo unipolar al estilo estadounidense.

El número de Estados dependientes del Sistema Globalista ha disminuido visiblemente en los últimos años y cada vez más países eligen el camino del nacionalismo y la soberanía. El sistema globalista con aspiraciones de unipolaridad liderado (aparentemente) por EEUU sólo controla como mucho el 20% de la población mundial. El 80% restante pertenece a Estados que ya no quieren oír hablar de la hegemonía estadounidense/globalista y están cansados de sus sanciones abusivas. Casi siete de los ocho mil millones de la población mundial pertenecen ahora -o están a punto de hacerlo- a organizaciones muy poderosas que han roto con la esfera de dominación globalista. Entre estas organizaciones se encuentran los BRICS, la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la Asociación Económica Integral Regional (AEIR) o la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Aunque todavía no podemos decir que hayamos entrado realmente en el orden internacional multipolar, su establecimiento es, en mi opinión, inevitable y muy próximo, y devolverá a la humanidad la posibilidad de una cooperación especialmente fructífera entre Estados soberanos e independientes.

 

Juan Miguel Díaz Ferrer: Aportes De La República Bolivariana De Venezuela A La Lucha Por Un Mundo Multipolar Más Justo

 

Fuente:

Calistrat Atudorei: El multipolar es inevitable y devolverá a la humanidad la posibilidad de una cooperación fructífera entre Estados soberanos.

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