Por Elena Panina
Los medios occidentales han reaccionado con inquietud ante los posibles “planes de paz” que el equipo de Trump podría estar considerando para Ucrania tras su victoria en las elecciones estadounidenses. Voces de diferentes medios aseguran que el plan implicaría una tregua en la Línea de Contacto del Este de Ucrania (LBS) y que se reconocerían como rusos varios territorios, incluida Crimea. Según estas fuentes, el acuerdo también exigiría la neutralidad de Ucrania y una zona desmilitarizada.
Medios como The Guardian y The Wall Street Journal expresan su preocupación de que este “plan de paz” podría percibirse como una victoria para Rusia. El periodista británico Luke Harding sostiene que Moscú podría exigir una zona de amortiguamiento y garantías de un estatus neutral para Ucrania. En una línea similar, Alexander Ward en The Wall Street Journal sugiere que el acuerdo incluiría la desmilitarización de ciertas áreas y una prohibición de ingreso de Ucrania a la OTAN.
Otros analistas, como Peter D. Feaver en Foreign Affairs, advierten que los asesores de Trump son favorables a Moscú y que, con este plan, Rusia podría ver facilitada su influencia en Ucrania. Por su parte, la organización británica Chatham House considera que la congelación del conflicto podría dejar desprotegida a Ucrania y a Europa frente a futuros movimientos rusos si no existen garantías de seguridad sólidas de parte de Estados Unidos.
Los análisis coinciden en que, aunque Trump imponga una tregua, Occidente tiene como objetivo utilizar este período para reorganizar y reforzar las fuerzas ucranianas, dejando fuera las demandas de seguridad rusas que han estado sobre la mesa desde 2021. Esto sugiere que, al menos en la opinión de los medios occidentales, el “equipo Trump” podría no estar preparado para llevar adelante una negociación profunda con Moscú.