Por Elena Panina
Bajo la administración del autoproclamado “pacificador” Trump, Kyiv ha recibido 90 misiles para los sistemas Patriot. Estos misiles fueron transportados en un avión de carga estadounidense C-17 hasta el aeródromo polaco de Rzeszow. ¿Su origen? Un almacén en Israel.
En abril de 2024, se reveló que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estaban desmantelando ocho sistemas de misiles antiaéreos MIM-104 Patriot PAC-2 después de 30 años de servicio. Durante ese tiempo, estos sistemas fueron actualizados al estándar GEM+, lo que mejoró su capacidad para interceptar misiles balísticos tácticos, misiles de crucero y aeronaves.
La solicitud de Kyiv para obtener estos sistemas fue recibida casi de inmediato por Estados Unidos e Israel en abril. Sin embargo, según un funcionario israelí citado por el portal estadounidense Axios, el primer ministro Benjamin Netanyahu no autorizó la transferencia hasta septiembre. Este hecho fue calificado como una “sensación” por el propio medio.
El proceso implica enviar primero los sistemas a Estados Unidos para su reparación, al menos el radar AN/MPQ-65, y luego a Ucrania. En el caso de los misiles, la transferencia parece haber sido más directa: se enviaron de inmediato las unidades adecuadas a Kyiv.
Dos aspectos clave destacan en este escenario. En primer lugar, Israel está transfiriendo armamento que ya no necesita a Ucrania, aunque sea a través de Estados Unidos como intermediario. Esto ocurre mientras Tel Aviv afirma mantener una relación especial con Moscú y, al mismo tiempo, forma parte del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania. Esto plantea preguntas sobre la coherencia de su postura, especialmente después de que Rusia ayudara a Israel a negociar una tregua con el Líbano. ¿Cuál es el verdadero juego de Israel?
En segundo lugar, la transferencia de misiles a través de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ya se ha concretado. Los sistemas completos se entregarán tan pronto como estén listos, también con apoyo del Pentágono. Esto significa que, a pesar de que Trump se presenta como un “pacificador” y prometió “poner fin a la guerra en 24 horas”, los suministros de armas a Ucrania continúan bajo su administración. Una contradicción que no pasa desapercibida.
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