En este artículo, Alexander Dugin analiza las recientes declaraciones de Putin durante su discurso en el Club Valdai, en las que desentierra una nueva ideología de derecha anticapitalista y sus posibles implicaciones para el panorama político ruso de cara a la Cuarta Teoría Política.
Por Alexander Dugin
Las críticas de Putin al capitalismo durante su discurso de Valdai, así como otra serie de declaraciones ideológicas de colores chillones del jefe de Estado, son un hecho muy grave. Putin es pragmático y realista, y ha intentado mantenerse lo más alejado posible de la ideología a lo largo de su mandato. Este ha sido su estilo característico: ninguna preferencia ideológica y, por el contrario, moderación de cualquier extremo ideológico. Esto está relacionado, en particular, con la completa incoherencia de Rusia Unida, donde un gran agujero negro adorna el lugar de una idea.
Hasta hace poco, Putin estaba satisfecho con esto, al menos porque funcionaba y no interfería en su gestión. Y ahora Putin hace declaraciones tan tajantes y sin ambigüedades: el capitalismo moderno es un callejón sin salida, los valores liberales destruyen la sociedad y es necesario un giro masivo hacia el conservadurismo.
Los politólogos formales se confundieron de inmediato. La crítica del capitalismo es una tesis de la izquierda. Resulta que Putin está a favor del socialismo. Pero la agenda liberal -LGBT, feminismo, democracia de las minorías en todo el mundo- es apoyada precisamente por la izquierda. Y por último, Putin apela directamente al conservadurismo y a la filosofía política rusa.
No se trata de un conjunto de tesis aleatorias y contradictorias; es un esbozo, aunque preliminar, de una ideología totalmente original que, a grandes rasgos, puede denominarse “anticapitalismo de derechas”. Esto encaja perfectamente con el monárquico Ivan Ilyin mencionado por Putin (un anticapitalista de derechas), el proyecto de Berdyaev (la Nueva Edad Media, también anticapitalismo de derechas), toda la tradición eslavófila, el eurasianismo y la filosofía religiosa rusa. Y aquí empieza lo más interesante: el anticapitalismo de derechas es incompatible con las tres ideologías políticas clásicas de Occidente. El capitalismo y su apología total se encuentran en el corazón del liberalismo clásico. Putin lo critica. Por lo tanto, el liberalismo -la Primera Teoría Política- es radicalmente rechazado por Putin. El anticapitalismo de izquierdas -es decir, el comunismo o el socialismo, la Segunda Teoría Política- es incompatible con el conservadurismo. Por lo tanto, está claro que Putin tampoco lo tiene en mente. Y por último, la Tercera Teoría Política -el nacionalismo o el fascismo- obviamente no es considerada seriamente por Putin: es otro vástago de Occidente, incompatible con la experiencia histórica de Rusia.
Así pues, nos acercamos de cerca a la Cuarta Teoría Política. Es más coherente con el “anticapitalismo de derechas”. Y sólo decidiendo una ruptura inequívoca con las tres teorías políticas de la modernidad occidental clásica, Rusia podrá recuperar para sí un horizonte teórico de pleno derecho. La única cuestión que queda por resolver es cuándo recurrirá Putin directamente a la Cuarta Teoría Política.
Fuente:
Alexander Dugin: Putin’s Path to Right-Wing Anti-Capitalism. 10 de mayo de 2023.
