Por Mente Alternativa
En un artículo reciente, el analista Andrew Korybko advierte cómo la reciente expansión de la influencia militar de Alemania en la era post-Segunda Guerra Mundial está avanzando bajo un falso pretexto anti-ruso con el respaldo total de Estados Unidos. El Primer Ministro polaco Donald Tusk ha invitado a Alemania a asumir parcialmente la responsabilidad de la seguridad de la frontera oriental de Polonia, a lo que el Canciller alemán Olaf Scholz ha accedido, afirmando que la seguridad de ambos países está vinculada.
Mientras Tusk recibía a Scholz en Varsovia, el Ministro de Defensa polaco Wladyslaw Kosiniak-Kamysz estaba en Vilna, llamando junto a su homólogo lituano a la “internacionalización” de sus fronteras con Bielorrusia y Rusia, y solicitando a Bruselas financiar una “línea de defensa”. Letonia, Estonia y posiblemente Finlandia se unirán a este proyecto, facilitado por el “Schengen militar”.
El “Schengen militar”, acordado entre Polonia, Alemania y los Países Bajos, optimiza la logística militar entre ellos. Francia se ha unido, y es probable que los Estados bálticos y otros lo hagan en la próxima Cumbre de la OTAN, con el objetivo final de construir una “Fortaleza Europa“, una zona militar europea liderada por Alemania para contener a Rusia mientras EE.UU. se enfoca en Asia.
Polonia juega un papel indispensable en este arreglo, alineándose con el plan reportado de Trump para la OTAN, que propone que EE.UU. se retire de Europa y sub-bloques coaligados contengan a Rusia. Aunque EE.UU. aún no ha redeployado sus fuerzas, lo logrado hasta ahora es significativo, marcando una expansión sin precedentes de la influencia militar alemana.
Alemania asume parcialmente la seguridad de la frontera oriental de Polonia, lo que podría extender su influencia a los países bálticos y Finlandia. Esto recuerda inquietantemente a la Operación Barbarroja, aunque no se sugiere que Alemania esté planeando invadir Rusia, pero envía un mensaje fuerte a los políticos rusos.
A largo plazo, Alemania necesita tiempo para rearmarse, lo que podría aumentar las probabilidades de congelar el conflicto ucraniano en términos favorables para Rusia. La arquitectura de seguridad europea ha cambiado fundamentalmente, y Rusia podría mantener firmes sus objetivos de seguridad nacional en este conflicto para forzar a la OTAN a una posible concesión.