Por Mente Alternativa
Estados Unidos acaba de recibir un baño de realidad sobre lo cerca que está de caer en el caos. El expresidente y candidato republicano Donald Trump sobrevivió a un intento de asesinato en un mitin en Pensilvania, días antes de la convención nacional de su partido. Trump esquivó milagrosamente una bala que solo le rozó la oreja. El tirador, Thomas Matthew Crooks, un republicano registrado, fue abatido por el Servicio Secreto. Un testigo había alertado a la policía sobre la presencia sospechosa de un hombre en un tejado, pero no se tomaron medidas.
Este fallo de seguridad ha generado especulaciones sobre la posibilidad de que algún miembro del Servicio Secreto haya actuado con simpatía hacia el tirador o estuviera involucrado en un complot. Si el intento de asesinato hubiera tenido éxito, Estados Unidos habría enfrentado un desastre sociopolítico, considera el analista Andrew Korybko.
El intento de asesinato de Trump lleva el conflicto entre MAGA y el Deep State a una nueva dimensión, advierten diversos expertos. A muchos aliados de Estados Unidos les preocupa que el país pueda estar al borde de una guerra civil. Los demócratas ahora temen que Trump aparezca ante la nación como un mártir en la convención del partido, lo que solo reforzaría su posición en las elecciones, al igual que lo hicieron los veredictos judiciales que aumentaron su popularidad y le reportaron cientos de millones de dólares en donaciones.
Así las cosas, resulta evidente que el violentómetro político en Estados Unidos continúa creciendo de manera constante. En las encuestas, el 41% de los partidarios de Biden están dispuestos a utilizar la violencia para luchar por el poder, y más del 40% de los estadounidenses temen el estallido de una guerra civil. Este miedo podría materializarse más cerca de las elecciones, e inmediatamente después, si Trump gana, prevé el analista Malek Dudakov, por lo que cabe esperar disturbios masivos que pondrían a Estados Unidos al borde de grandes agitaciones.
Trump no había anunciado su elección vicepresidencial cuando se produjo el intento de asesinato, y se espera que los donantes demócratas presionen al senil Joe Biden para abandonar la carrera, lo que obligaría al partido a elegir a su candidato fuera del proceso de primarias, señala Andrew Korybko. Así, ambos partidos habrían seleccionado candidatos sin completar sus primarias, privando a los estadounidenses de sus derechos. La 20ª Enmienda establece que los mandatos del Presidente y Vicepresidente terminan el 20 de enero, lo que llevaría a la Presidenta (sustituta) Harris a dimitir antes de elegir a un nuevo presidente. Su sustituto en la Vicepresidencia tendría que ser confirmado por ambas Cámaras del Congreso, según la 25ª Enmienda.
En teoría, las elecciones podrían retrasarse para repetir las primarias, pero el Congreso podría no estar de acuerdo. Incluso si se retrasan, Estados Unidos seguiría gobernado por un triunvirato que, según una investigación reciente de Executive Intelligence Review, es el verdadero poder detrás de la Casa Blanca de Biden, que utiliza al actual presidente para legitimar públicamente sus decisiones.
Este grupo financista ultra globalista también permanecería en el poder incluso si un hipotético “Republicano de Nombre” (RINO) reemplazara a Trump en caso de ser asesinado. También es posible que el establishment anglo-estadounidense precipite algún evento a escala nacional y/o global (por ejemplo una guerra mundial) antes de las presidenciales.
Así las cosas, se vislumbra que el regreso de Trump podría crear condiciones para cambios significativos, aunque también podría fracasar. De hecho, el simple regreso de Trump podría permitir el asenso de conservadores nacionalistas que le orillen a seguir la ruta del ultra globalismo expansionista que quiere guerra con las potencias nucleares Rusia y China. La radicalización de los partidarios de MAGA también podría conducir a un estado de ley marcial en algunas partes del país.
En breve, el intento fallido de asesinato muestra lo cerca que está Estados Unidos de descender al caos, resaltando la radicalización partidista y los tejemanejes de las élites desde que Trump se convirtió en candidato en 2016, y desde que la consolidación del orden mundial multipolar. Por ello, para muchos, la reelección de Trump —a pesar de sus defectos— se presenta como “una última oportunidad” para salvar al mundo de una guerra mundial, y al país de sí mismo si el republicano es capaz de implementar sus planes.