Por Mente Alternativa
Varios analistas han debatido sobre la posibilidad de que Rusia acepte un alto al fuego en Ucrania. Andrew Korybko expone en su análisis cinco razones por las cuales Vladimir Putin podría rechazar o aceptar esta propuesta. La reciente negociación en Yeda, donde Ucrania acordó una tregua de un mes condicionada a la respuesta rusa, ha abierto el debate sobre el rumbo del conflicto.
Putin ha sido claro en sus exigencias: solo consideraría un cese de hostilidades si Ucrania retira sus tropas de las cuatro regiones que votaron su adhesión a Rusia en 2022 y renuncia a unirse a la OTAN. Sin una garantía de cumplimiento, la tregua podría consolidar la ocupación de algunos territorios, estableciendo un escenario similar al de la península de Corea.
Por otro lado, el deterioro de las líneas del frente ucraniano podría inclinar a Rusia a seguir avanzando antes de considerar cualquier alto al fuego. Desde la perspectiva rusa, una pausa en los combates podría ser utilizada por Occidente para reforzar militarmente a Kiev y consolidar la presencia de “cascos azules” europeos, una medida que Moscú considera inaceptable.
Otro factor determinante es la opinión pública en Rusia. Muchos ciudadanos, incluidos veteranos de la operación militar, rechazan una tregua si no se cumplen completamente los objetivos de desmilitarización y desnazificación proclamados por el Kremlin. La sensibilidad de Putin ante la percepción de su pueblo podría ser clave en su decisión.
Además, el factor Donald Trump juega un papel crucial. Si Putin considera que las amenazas del expresidente estadounidense sobre sanciones secundarias a China e India son un simple farol, podría optar por continuar el conflicto. Sin embargo, si cree que Trump realmente busca una escalada para forzar la paz, podría reconsiderar su postura.
Por otro lado, existen argumentos a favor de que Putin acepte el alto al fuego. Evitar una dependencia excesiva de China es una razón estratégica. Si India cede ante la presión de EE.UU., Rusia podría volverse demasiado dependiente de Pekín, algo que Moscú ha tratado de equilibrar con su diplomacia multilateral.
Asimismo, la posibilidad de un “Nuevo Détente” con EE.UU. podría motivar a Rusia a negociar. Si Trump se acerca a China y logra un acuerdo comercial, Rusia podría quedar en una posición desventajosa si no se suma a esta recalibración de alianzas globales. En este escenario, un alto al fuego podría servir para reposicionar a Rusia en la geopolítica mundial.
Otra razón es que podrían establecerse términos adicionales o secretos en el acuerdo de cese al fuego, como la promesa de Washington de no desplegar tropas en Ucrania ni reforzar su arsenal durante el periodo de tregua. Para Rusia, garantizar que la OTAN no utilizaría la pausa bélica para fortalecer a Kiev sería una condición clave.
Finalmente, si Putin considera que Trump está dispuesto a escalar el conflicto en caso de un rechazo ruso, podría optar por evitar una crisis similar a la de los misiles en Cuba. En este caso, aceptar una tregua podría verse como una jugada pragmática para evitar mayores riesgos.
La decisión de Putin en los próximos días será determinante para el futuro del conflicto. Cualquiera que sea su elección, los factores mencionados explicarán su postura y podrán definir el nuevo equilibrio de poder en la arena internacional.
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