El gobierno danés considera que las fugas de gas frente a una isla danesa en el mar Báltico son “acciones deliberadas”, dijo el martes el primer ministro Metter Frederiksen. Rusia dice que “Se trata de una cuestión relacionada con la seguridad energética de todo el continente”. Estados Unidos no descarta la teoría del sabotaje, pero dice que “si se confirma, está claro que no interesa a nadie” [sic]. Lo cierto es que un “sabotaje” de este tipo sólo puede beneficiar a las mismas élites de la anglósfera que impulsan la guerra delegada contra Rusia para: provocar una crisis sistémica, sabotear la integración euroasiática, imponer un orden mundial unipolar, desindustrializar el planeta, e impulsar la agenda maltusiana del Gran Reseteo. Como advierte Andrew Korybko: “Este ataque terrorista destruyó cualquier posibilidad de un acercamiento ruso-alemán en materia de energía, catapultó inmediatamente a Polonia como uno de los centros energéticos más importantes del continente y, por lo tanto, llevó los planes del Eje anglo-estadounidense para dividir y gobernar Europa al siguiente nivel.”
Las imágenes y vídeos publicados por los militares daneses mostraban una enorme zona de gas burbujeante en la superficie del mar Báltico. La perturbación más grande tiene un diámetro de más de un kilómetro, dijo el ejército, y la más pequeña abarca unos 200 metros.
Billeder fra F-16 af gaslækage i Østersøen. https://t.co/OgCDfcvTjG pic.twitter.com/D5wsoXvuda
— Forsvaret (@forsvaretdk) September 27, 2022
Frederiksen aseguró que el incidente no se está tratando como un ataque directo a Dinamarca, afirmando que las filtraciones se produjeron en aguas internacionales y “la respuesta es, por tanto, no”.
Las advertencias se produjeron poco después de que se detectara otra fuga de gas en un segundo gasoducto, el Nord Stream 2, un proyecto muy controvertido que fue cancelado por el gobierno alemán días antes de la invasión rusa de Ucrania y que nunca llegó a funcionar.
Los motivos de las fugas siguen sin estar claros. Se está llevando a cabo una investigación.
El martes, Frederiksen dijo que no se podía excluir el sabotaje como explicación.
“Es demasiado pronto para llegar a una conclusión, pero es una situación extraordinaria”, dijo. “Hay tres fugas, y por tanto es difícil imaginar que lo que está ocurriendo sea una coincidencia”.
En Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, calificó la noticia de “muy preocupante” y dijo que no hay que “descartar ninguna opción en este momento”, incluido el sabotaje.
“Se trata de una cuestión relacionada con la seguridad energética de todo el continente”, dijo Peskov.
El ex primer ministro polaco, ahora diputado europeo, Radek Sikorski, ha dado las gracias a EE.UU. (tuit de abajo) por el incidente en el gasoducto ruso (Nord Stream 2). Según él, “la única lógica de Nordstream era que Putin pudiera chantajear o hacer la guerra a Europa del Este con impunidad.”
Estados Unidos hizo surgir el fantasma de un ataque dirigido, pero se cuidó de sacar conclusiones.
“Hay informes iniciales que indican que esto puede ser el resultado de un ataque o de algún tipo de sabotaje, pero son informes iniciales y aún no lo hemos confirmado”, dijo el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken en una rueda de prensa. “Pero si se confirma, está claro que no interesa a nadie” [sic].
Como advierte Andrew Korybko:
“Este ataque terrorista destruyó cualquier posibilidad de un acercamiento ruso-alemán en materia de energía, catapultó inmediatamente a Polonia como uno de los centros energéticos más importantes del continente y, por lo tanto, llevó los planes del Eje anglo-estadounidense para dividir y gobernar Europa al siguiente nivel.”
El Eje Anglo-Americano se beneficia del ataque terrorista ecológico en el Mar Báltico
