Por Mente Alternativa
El trumpismo ha marcado un antes y un después en la política y la economía globales. Defendido por sus seguidores como un movimiento que busca devolver el poder y la influencia a Estados Unidos, este enfoque ha polarizado opiniones tanto dentro como fuera del país. En una presentación publicada por el centro de pensamiento EKAI Center, su presidente, Adrián Zelaia (1), analiza los logros, retos y posibles caminos que enfrenta el trumpismo en un mundo cada vez más multipolar.
Uno de los principales logros del trumpismo ha sido su capacidad para influir en decisiones globales, incluso después de que Donald Trump concluyó su primer período presidencial. En el ámbito geopolítico, se han observado movimientos como la dimisión de Justin Trudeau bajo presiones indirectas y el cambio de postura de corporaciones como Meta y BlackRock, que han abandonado políticas climáticas en favor de estrategias alineadas con el trumpismo.
En Oriente Medio, Trump ha demostrado su influencia indirecta en decisiones como los acuerdos entre Israel y Hamas. Este impacto refuerza la percepción de que el trumpismo no solo busca proteger los intereses de Estados Unidos, sino también remodelar el orden mundial.
A pesar de estos logros, el trumpismo enfrenta importantes desafíos estructurales. Uno de los más críticos es la dependencia del dólar, que, aunque ha permitido a Estados Unidos financiarse con facilidad, ha incentivado una economía consumista y desindustrializada. Esta situación ha generado déficits fiscales y comerciales que amenazan la estabilidad a largo plazo.
Otro obstáculo significativo es el fanatismo privatista, que ha debilitado sectores clave como infraestructuras, educación y sanidad. La falta de inversión pública en estas áreas limita la capacidad del país para revitalizar su economía y competir en un mundo globalizado.
Finalmente, la imposición de aranceles generalizados, si bien busca proteger la industria nacional, puede convertirse en una trampa si no se acompaña de un plan integral para la reactivación industrial.
El trumpismo ha demostrado que las políticas proteccionistas y la influencia global pueden generar resultados a corto plazo, pero los desafíos estructurales exigen un cambio de enfoque. La historia económica de Estados Unidos, especialmente durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt, muestra que las políticas de intervención pública pueden ser efectivas para superar crisis profundas.
Un liderazgo renovado debe impulsar una economía mixta que combine inversiones públicas y privadas, reconociendo la importancia de un sector público empresarial en áreas estratégicas. Además, será crucial reformar el sistema fiscal para equilibrar los intereses corporativos y los de la población en general.
El trumpismo ha redefinido el panorama político y económico de Estados Unidos, pero su éxito a largo plazo dependerá de su capacidad para superar las barreras estructurales actuales. Adoptar un enfoque más equilibrado, que fomente la equidad, la innovación y el crecimiento sostenible, será clave para garantizar el liderazgo global del país en un mundo multipolar.
Notas a pie de página
1. Adrián Zelaia, en EKAI Center: El trumpismo fracasará. 24 de enero de 2024.
El papel multidimensional del trumpismo en la transición hacia un mundo multipolar
