¿Qué garantías existen de que tales “vacunas” no serán usadas eventualmente como Caballo de Troya en el contexto del mundo tecnofeudal al que nos arrastran las élites globalistas y su Foro Económico Mundial?
No es una broma. Diez voluntarios participaron en un ensayo clínico de una nueva vacuna experimental contra la malaria, en Seattle, Estados Unidos.
“Utilizamos los mosquitos como si fueran 1.000 pequeñas jeringuillas voladoras”, explica el Dr. Sean Murphy, médico y científico de la Universidad de Washington, Seattle, y autor principal de un artículo publicado en Science Translational Medicine (1) el 24 de agosto en el que se detallan los ensayos de la vacuna.
Según el resumen del estudio:
“En este caso, se evaluó la seguridad, la tolerabilidad y la inmunogenicidad de la vacuna PfGAP3KO y se probó su eficacia contra la infección controlada de malaria humana (CHMI) en sujetos que no habían padecido malaria. La vacuna se administró mediante tres (n = 6) o cinco (n = 8) inmunizaciones con ~200 picaduras de mosquitos infectados con PfGAP3KO por inmunización. PfGAP3KO fue segura y bien tolerada, sin que se produjeran infecciones en el estadio sanguíneo de P. falciparum. Los efectos adversos relacionados con la vacuna fueron predominantemente urticaria localizada relacionada con las numerosas picaduras de mosquito administradas por vacunación. La CHMI a través de las picaduras de mosquitos portadores de parásitos Pf NF54 totalmente infecciosos se llevó a cabo un mes después de la última inmunización. La mitad de los participantes en el estudio que recibieron tres o cinco inmunizaciones de PfGAP3KO siguieron siendo negativos al estadio sanguíneo de P. falciparum, como lo demuestra la falta de detección del ARNr 18S de Plasmodium en la sangre durante 28 días después de la CHMI. Seis participantes del estudio protegidos recibieron una segunda CHMI 6 meses después, y uno de ellos permaneció completamente protegido. Así pues, la vacuna PfGAP3KO era segura e inmunógena y era capaz de inducir protección contra la infección por esporozoitos. Estos resultados justifican una evaluación adicional de la eficacia de la vacuna PfGAP3KO en ensayos de búsqueda de dosis con una formulación inyectable.”
La voluntaria, Carolina Reid, muestra la hinchazón en su brazo después de ser picada por 200 mosquitos a la vez para ser dosificada con la vacuna experimental contra la malaria.
Si consideramos que las super élites que controlan la ciencia en el mundo actual son las mismas que buscan reducir la población mundial y usar la biotecnología como arma militar, surgen las preguntas de si ¿realmente se puede confiar en el uso de insectos genéticamente modificados para eliminar enfermedades, aunque eso viole el derecho de los humanos al consentimiento voluntario, que de acuerdo al Código de Nuremberg (2) es absolutamente esencial?, y ¿qué garantías existen de que tales “vacunas” no serán usadas eventualmente como Caballo de Troya en el marco del mundo tecnofeudal al que nos arrastran las élites globalistas y su Foro Económico Mundial?
Notas a pie de página
Sean Murphy, et al., en Science Translational Medicine: A genetically engineered Plasmodium falciparum parasite vaccine provides protection from controlled human malaria infection. 24 de agosto de 2022. DOI: 10.1126/scitranslmed.abn9709
Universidad de Navarra: El ‘Código’ de Nuremberg. Traducción castellana por Gonzalo Herranz. Comprobado el 29 de mayo de 2007.
