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La materia no existe y es una programación implantada tras la intervención de la raza humana

Hans Peter Düer, el físico y filósofo que trabajó 20 años con W. Heisenberg, y que fue Director del Instituto Max Planck, respondió de este modo cuando le preguntaron qué fue lo que más le impresionó en sus 60 años de trabajo en física: “Llegar a la conclusión que la materia no existe.” Según él, darse cuenta de esta realidad y de que nos han engañado durante toda la historia es fundamental para entender el proceso de la manifestación cuántica. A continuación recopilamos seis argumentos estrictamente científicos que desmantelan el materialismo también conocido como “la madre de todas las conspiraciones” al desmentir la existencia de la materia en sí que, de acuerdo al análisis propuesto por el catedrático Carlos Delfino, fue el resultado de la programación implantada a la humanidad después de la gran intervención —posiblemente extraterrestre— de la especie humana.

 

 

La Materia es energía de baja velocidad

El primer argumento que niega la existencia de la materia viene de la famosa fórmula de Einstein: E=mc². Esta ecuación tan famosa iguala la energía con la materia, pero acelerada. De allí que la materia sea energía de baja velocidad que nadie pudo jamás crear, pues la energía muestra de manera clara y empírica que no se puede crear. Y como la materia es energía, entonces la materia no existe y no pudo ser creada por nadie. La materia es simplemente energía de baja velocidad.

 

La materia sólo se manifiesta cuando es observada e interpretada

Según afirmó el filósofo George Berkeley en el siglo XVIII, no hay realidad en un mundo corpóreo, y lo que nos parece tal es pura ilusión, pues sólo existen conciencias donde hay esas representaciones a las cuales les atribuimos, sin fundamento, objetos reales externos que las provocan. Cuando se habla de un objeto material, en realidad se habla de la percepción del objeto. Los cuerpos no son más que haces de percepciones. Por lo tanto, “Ser es ser percibido.”

Ya en el siglo XX, gracias a Max Planck, sabemos que ante la presencia de una conciencia con la intención definida de observar (medir), la energía colapsa su función de onda y se convierte en partícula (materia). En física cuántica esto se comprueba mediante “el experimento de la doble rendija.” Por lo tanto, la materia no tiene existencia propia y sólo se comporta como tal al ser observada por una conciencia.

 

 

Supuestamente las cosas se forman de moléculas, que a su vez están formadas por átomos, que están formados por partículas, pero en su conjunto el átomo es vacío. Entonces, ¿cómo se sucita la sensación de solidez o de color en las cosas que percibimos? Nuestros sentidos sólo captan energía, sin solidez ni atributos de los objetos (como color, sabor, textura, sonidos, etc.). Por ejemplo, nada puede ser tocado porque los electrones de carga negativa que rodean el núcleo de los átomos se repelen y esa fuerza electromagnética es tan potente que si estamos parados literalmente estamos levitando. ¿Y entonces por qué sentimos la solidez del piso? Porque esa misa fuerza electromagnética empuja las terminales nerviosas que mandan un impulso al cerebro. Por otro ado, nuestros ojos no ven ningún objeto afuera de nosotros, sino mera luz incolora. Entonces esta luz envía una señal eléctrica incolora al lóbulo occipital y este interpreta una imagen. Pues nadie puede salir de sí mismo para comprobar que esa imagen es igual al objeto. Y por lo tanto, todos los sentidos mienten.

 

Todo en el universo es energía interconectada

La materia no puede ser, porque la materia es un estado de la energía que se manifiesta en presencia de una conciencia ¿Y la energía que es? El mismo Max Planck se hizo esta pregunta y concluyó que no tiene respuesta porque no hay nada anterior. Lo que Es, es la energía, que la energía tenga información como su característica principal e inseparable, es otra cosa… Pero el Ser que es, desde la eternidad y hasta la eternidad, es pura energía, si quieren terminología cuántica, es “vacío cuántico” (que de vacío no tiene nada, está lleno de energía). Ese infinito océano de energía “de fondo”, anterior a cualquier manifestación, es ni más ni menos que el mismísimo Ser. Otra característica del Ser es la autonomía total, la energía no necesita de nada para manifestarse a sí misma, la energía del vacío cuántico está allí desde la eternidad, nadie la puso, nadie la sostiene, simplemente ES. La información, en todos los casos (y de no ser así me gustaría conocer un solo ejemplo), necesita de algo donde apoyarse, tiene “existencia en otro”. Desde el punto de vista universal es precisamente la energía el hardware de la información, la información no se manifiesta por sí misma como una realidad separada, no es autónoma. (Fuente: Carlos Delifno, en “Breve Respuesta a: “Nuestro universo es solo información cuántica, según Vlatko Vedral”).

El tema del Ser, la ontología, se ha estudiado desde hace más de 2,500 años. Entre el siglo VI y V A.C. se empezó a estudiar el tema del Ser en la ontología. Históricamente, el filósofo presocrático Parménides de Elea ya afirmaba que “todo lo que hay ha existido siempre. Nada puede surgir de la nada. Y algo que existe, tampoco se puede convertir en nada.” Los planteamientos de Parménides en torno al Ser, son exactamente los mismos que hoy ya se han podido confirmar gracias a la ciencia cuántica. Su concepto de nous se ajusta a lo que hoy se denomina como la conciencia circunscrita, es decir que no se restringe a la mente racional (logos) sino que se refiere a la mente en un sentido amplio, como conciencia o alma. Para Parménides las cosas participan del Ser y no tienen Ser en sí mismo, sino que quedan envueltas como una sola porque el Ser es el que las manifestó, y el Ser es uno.

 

El entrelazamiento cuántico

El argumento científico irrefutable que le faltó a Parménides y que hoy tenemos gracias a la ciencia cuántica es el del “entrelazamiento cuántico.” De acuerdo a este principio, dos partículas que estaban juntas se pueden separar a galaxias de distancia y aún así permanecerán unidas. Es decir que todo lo que le suceda a una le va a pasar a la otra de manera que se toman como un sólo objeto conectado. Esto supone que en el universo todo está influenciado por todo, de manera instantánea, y la noción de espacio-tiempo tal como la conocemos pasa a segundo plano. Pues el entrelazamiento es una realidad aún más profunda y esencial que el continuo espacio-tiempo. Es decir que es el tejido mismo del universo, una telaraña de vínculos cuánticos no locales que interconectan todo con todo.

 

El materialismo: Una patología

Del latín -materia
1. La materia es (en su sentido convencional) la sustancia básica de la que están conformadas todas las cosas del universo.

Del latín -ismus y este del griego -ισμός (-ismós)
1. Sufijo formativo de sustantivos abstractos que denota algún tipo de doctrina, tendencia, teoría o sistema.

La definición literal del concepto materialismo hace referencia a un proceso patológico, pues todas las palabras que tienen el sufijo “ismo” se refieren a algo más pronunciado (o distorsionado) de lo que en realidad debería ser, como por ejemplo las “itis” (inflamaciones) en medicina. Además, la tendencia exagerada o excesivamente pronunciada de la que estamos hablando es la de la percepción de la materia como “sustancia básica” en contrasentido a su significado cuántico —que ya hemos descrito anteriormente.

¿Cómo es que la humanidad se enajenó con una percepción literalmente patológica de la materia?: Cuando nos programaron para percibir la materia como lo único que existía, después de la gran intervención de la raza humana. Según el catedrático Carlos Delfino, hay un plan muy bien diseñado detrás de toda esta conspiración, que nosotros mismos lo podemos rastrear a lo largo de toda la historia. Delfino —como muchos otros investigadores prestiogiosos— afirma que la programación materialista de la especie humana se inició antes de la gran catástrofe que se conoce como el “diluvio universal.” El origen de la programación materialista se puede rastrear hasta los tiempos sumerios y babilónicos, y desde entonces se perpetúa hasta nuestros días. Es algo que siempre ha estado ahí. Pues no solamente intervinieron nuestro ADN sino que siguieron contándonos el cuento de la realidad que es al revés. Nos escondieron el poder de manifestar. Pero para nuestra fortuna, a principios del siglo XX surgió la física cuántica y nos está demostrando con fundamentos científicos demoledores, que el universo no funciona como nos hicieron creer los seres que alteraron nuestro ADN en tiempos prehistóricos y que nos reprogramaron bajo el sistema operativo materialista.

 

Detractores del materialismo científico: El universo es un holograma

Históricamente, en el siglo XVII el materialismo científico ya contaba con detractores con el racionalismo francés y el idealismo alemán, actualmente los sigue teniendo con el paradigma cuántico holográfico o energético, y cada vez contará con más detractores hasta ser reemplazado totalmente por el nuevo paradigma científico de la física cuántica.

La teoría que va a la cabeza en este momento es la de el principio holográfico. De acuerdo a este principio, todo lo que percibimos como materia y de manera tridimensional es un super holograma lleno de información. En 1993, Gerard’t Hooft (Premio Nobel de Física en 1999) demostró que toda la información que percibimos como tridimensional entra en un pequeño espacio bidimensional.

Más recientemente, el físico Juan Maldacena (Rutgers/Harvard/Princeton) desarrolló el concepto de “dualidad maldacena” que establece que el universo tridimensional es el desdoblamiento de otro bidimensional de frontera. La “Paradoja Maldacena” fue comprobada por investigadores de la Universidad de Ibaraki en Japón y por la UTV, ganando así terreno frente a otras hipótesis.

En enero de 2017, un equipo de físicos de Canadá, Reino Unido e Italia, publicó los resultados de una investigación en la que presentan la primera evidencia empírica de un modelo de universo temprano que se ajusta al principio holográfico descrito por Maldacena, que proyecta un universo tridimensional a partir de uno de dos dimensiones.

 

La intervención prehistórica de la raza humana, y el despertar de la conciencia

Según el catedrático Carlos Delfino, nos intervinieron para que nosotros mismos fabriquemos el sistema (Matrix) que tenemos y que nos consume, un sistema materialista, un sistema inhumano, pues la materia no existe o sea la cárcel no existe, pero nosotros sí, ya que somos una conciencia.

En 2013, el matemático Vladimir Scherbak (Universidad de Al-Farabi) y el astrobiólogo Maksim Makukov (Instituto Astrofísico de Fesenkov, Kazajistán), retomaron el misterioso código numérico incrustado en el ADN humano y encontrado un año antes por dos científicos de Boston (Robert Gifford y John Coffin) y descubrieron que no era otra cosa que un algoritmo informático, como el de una computadora, un patrón que no obedecía a nada natural y que necesariamente había sido creado de forma artificial. Se trataba de un virus ARN con el que nunca se había trabajado antes. Robert Gifford, un virólogo de The Aaron Diamond AIDS Research Center y su compañero John Coffin, también virólogo que de Escuela de Medicina de Boston, publicaron en la famosa Revista Nature lo siguiente:

“El ADN humano ha sido modificado hace dos millones de años por un virus para desarrollar el cerebro de los homínidos.”

Todo aquello que produce una experiencia en la conciencia es real, sea ilusión, holograma, alucinación o sentimientos y emociones, que tampoco se ven, ni se escuchan ni se tocan. Lo que mueve la vida es intangible. Pero la materia también es real —aunque no existe en sí misma— pues la manifestamos debido a la programación que nos incrustaron mediante la intervención. Por eso no se puede subestimar la complejidad de la manifestación y del holograma en que vivimos, pues es persistente, estable y tiene cantidades impresionantes de información.

Existe un plan detrás de esta conspiración, que consiste en que el ser humano no descubra jamás su poder manifestador y que siga creyendo que toda la materia es obra de varias deidades o un solo dios, creadores de la materia y de todo el universo.

Por eso las élites qioeren que sigamos creyendo que la materia tiene existencia propia externa a nosotros que, y que hay que conseguirla a como de lugar con el sacrificio del cuerpo (despreciable y pecador, que hay que purificar). Alimento, vestido, vivienda e infinidad de necesidades inventadas (consumismo) son su forma de manipularnos y explotar nuestro tremendo esfuerzo y la energía empleada para conseguirlos.

Pero ahora sabemos que la realidad es al revés, y en esto nos apoya la física cuántica que afirma y demuestra con evidencias científicas demoledoras que es la conciencia la que manifiesta la materia a través de la energía, sin ningún esfuerzo más que la intención. Y ellos nos escondieron el poder de manifestar. Pero lo estamos reencontrando, poco a poco.

 

Fuentes:

1. Vida Coherente – La Programación materialista 2.

2. From Planck Data to Planck Era: Observational Tests of Holographic Cosmology.

3. Mente Alternativa – ¿Intervencion o panspermia dirigida?: El origen extraterrestre del genoma humano.

 

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